Ciudad de México, 6 de enero 2021, - El gobierno de México y la administración entrante de Estados Unidos acordaron diseñar una estrategia para procurar que la migración hacia el norte, en su mayoría de centroamericanos, se desarrolle de forma ordenada, segura y regular, dijo el miércoles la cancillería del país latinoamericano.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, sostuvo un diálogo con el asesor de Seguridad Nacional del presidente electo de Estados Unidos, Jake Sullivan, donde hablaron sobre migración, un tema que dominó la administración del saliente mandatario estadounidense, Donald Trump. “El secretario Ebrard y el asesor Sullivan acordaron continuar con el diálogo bilateral, a fin de diseñar de manera conjunta una estrategia regional para procurar que los flujos migratorios sean ordenados, seguros y regulares”, aseguró la cancillería mexicana en un comunicado. “La atención a las causas estructurales de la migración es una prioridad compartida por el gobierno de México y por la próxima administración encabezada por el presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris”, agregó.
Cada año, miles de centroamericanos cruzan el territorio mexicano en una larga y peligrosa travesía para escapar de sus empobrecidas naciones y de la violencia, en busca del “sueño americano” en Estados Unidos.
Desde antes de asumir como presidente de Estados Unidos en 2017, Trump criticó fuertemente a los migrantes y dijo que construiría un muro en la frontera sur para detener las “hordas de invasores”. Una vez en posesión, implementó un programa que obligó a los solicitantes de asilo a esperar en México por sus juicios migratorios.
Tras tomar las riendas del gobierno mexicano a fines de 2018, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que reduciría la migración hacia su vecino del norte combatiendo las causas que la generan: la pobreza y la violencia.
Sin embargo, el flujo migratorio ha continuado y muchos creen que seguirá creciendo luego de una crisis económica sin precedentes ocasionada por la pandemia del coronavirus y dos potentes huracanes que azotaron Centroamérica a fines del año pasado.