México vive una crisis por la incesante y creciente violencia que se vive a lo largo y ancho del país y que
arrebata la vida a 80 personas diariamente, aseguró la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), al señalar que las muertes y desapariciones, el impacto del crimen organizado, la migración forzada, la extorsión, la conflictividad social y política, son signos de una crisis que le ha robado la tranquilidad a los mexicanos.
“Este país ya no puede más. No puede seguir bajo la misma ruta de violencia desbordada. Hablar de que este es el sexenio más violento de la historia de nuestro país no debe ser sinónimo ni de normalizar la violencia ni de asumir cada homicidio o delito como una cifra, pues detrás de estas afirmaciones están vidas perdidas, dañadas o rotas”, dijo.
En un comunicado, el organismo patronal indicó que la sociedad no puede quedarse de brazos cruzados ante la creciente crisis de inseguridad.
“Pareciera haberse perdido el control: igual se ataca a funcionarios públicos que se cometen masacres, se asesina a periodistas, se usan minas explosivas, se quita la vida a líderes sociales o se revelan acercamientos entre personajes de la delincuencia con autoridades”, enfatizó.
Expresó que se ha descompuesto nuestro tejido social, y reconoció que las autoridades no pueden solas, por lo que la sociedad y las familias tienen mucho qué hacer.
“La justicia y la paz no se entienden la una sin la otra; procurar la justicia significa darle a cada uno lo que le corresponde. Quien trabaja, por ejemplo, merece un ingreso justo que permita vivir con dignidad a esa persona y su familia.
“Hoy, es claro que muchos jóvenes no identifican con facilidad ese modo honesto y digno de vivir, y los incentivos para sumarse al crimen organizado parecieran mayores pese a los riesgos que implica. Si bien la impunidad es otro enorme aliciente, la falta de oportunidades para educarse, trabajar y contar con un salario digno son otro desafío. Es claro que una parte de la responsabilidad recae en la autoridad, pero otra muy importante en la sociedad”, expuso.
Precisó que se equivocan los padres y madres de familia al pensar que las escuelas o colegios son los responsables de formar a sus hijos como auténticos ciudadanos.
La formación, agregó, comienza y se completa en los hogares, la responsabilidad no es única ni recae en los docentes ni en las autoridades educativas. En ello también la sociedad tiene una enorme responsabilidad, y más aún, el núcleo social que es la familia.
“La paz necesariamente pasa por la impartición de la justicia, así como por un Estado de Derecho que sustente y asegure un orden justo para todos, y restablezca las condiciones indispensables de legalidad y transparencia, que nos permitan avanzar hacia una realidad distinta y mejor”, indicó.