México, 11 de marzo 2024—La llegada de migrantes a Ciudad Juárez se aceleró en los últimos días con el aplazamiento
de la entrada en vigor de una parte de la ley antinmigrante SB4 en Estados Unidos (EU), que permitirá a las autoridades texanas detener y deportar inmediatamente a los migrantes a partir del próximo miércoles.
Francisco González, director de la Red de Albergues Somos Uno por Juárez, indicó que el nivel de ocupación en los albergues ha crecido hasta en 30% sólo en los últimos días.
Dicha Ley debía entrar en vigor el próximo sábado, pero la Corte Suprema estadounidense la aplazó hasta el próximo miércoles y bloqueó de forma temporal.
“Hemos notado que empiezan a llegar esta semana. Es gente que viene caminando de la capital, de Chihuahua hacia Ciudad Juárez, hay grupos que vienen caminando por la carretera, personalmente me tocó verlo”, dijo el pastor González.
Agregó que con las revisiones que el Gobierno mexicano está haciendo en el tren complica la llegada de estos migrantes hacia la fronteriza Ciudad Juárez; aunque reconoció que buscan vías alternas para poder cruzar la frontera.
“Se corre la voz entre ellos, tienen grupos de WhatsApp y, en este caso, el que ya haya una noticia de que un juez haya detenido la ley SB4, eso provoca empiecen a moverse para cruzar cuanto antes”, agregó el coordinador de una red de 13 albergues religiosos que acogen a migrantes en Ciudad Juárez.
Dijo que hay personas en movilidad que se habían detenido en la ciudad de Chihuahua; en Gómez Palacio, en Durango, o en Torreón, en Coahuila, y con este tipo de señales deciden moverse hacia la frontera antes de que suceda otro cambio.
El director de la red De albergues Somos Uno, resaltó que ya no sólo llega gente extranjera, sino que se ha incrementado el número de mexicanos que llega a la frontera para cruzar hacia EU.
Sobre todo, detalló, de los Estados de Morelos, Guerrero y Michoacán, llegando a representar hasta la mitad de la población en los albergues.
Gustavo Rodríguez es un migrante de Venezuela entrevistado en la carretera, a 70 kilómetros de Ciudad Juárez.
Rodeado de un grupo de familias de migrantes, caminó más de 350 kilómetros desde Chihuahua capital ante la imposibilidad de usar el tren para avanzar por las revisiones por autoridades mexicanas.
“Pensábamos que la selva era lo más difícil y hemos visto que México es el monstruo, el monstruo que a la migración nos quita, nos echa para atrás, nos maltrata, nos manda otra vez de donde empezamos y es como una maldad que nos hace”, indicó Rodríguez.
Dijo que la realidad en su país no representa una opción, por lo que enfrentarán, tanto los retos del camino, como las complicaciones que implique llegar y permanecer en EU.
Por su parte, Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, sostuvo que esta ley que entrará en vigor el próximo miércoles es racista e inhumana, y que implica un peligro incluso para quienes ya tienen una estancia regular en EU.
“Creemos que esa ley va a afectar no sólo al migrante que cruza y al que está aquí, sino también a residentes y ciudadanos que viven en Texas. Esta nueva ley, aparte de ser racista y supremacista, es ilegal e inconstitucional”, concluyó el especialista.
Más de la mitad de las mujeres migrantes en México denuncian las agresiones y las amenazas directas como la mayor razón por la que dejaron sus países, por lo que la violencia doméstica es también motivo de su éxodo, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
El fenómeno es palpable tanto en la frontera Norte, en Tijuana, como en el límite Sur, en Tapachula, donde mujeres contaron que han escapado acompañadas de sus hijos por el miedo de morir en sus lugares de origen.
La hondureña María, quien omitió su nombre real por seguridad, lleva cinco meses en Tijuana tras salir de San Pedro Sula por amenazas de grupos criminales que la extorsionaron por sus negocios.
“Me dolió dejar mi país, mi país es bello, pero el problema en Honduras es que se está manejando bastante el crimen organizado, hay muchos compatriotas que también han dejado sus tierras para venirse a Estados Unidos”, comentó.
La mujer aseguró que el trayecto fue difícil porque al viajar en autobús desde Monterrey, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) amenazaron con quitarle a su hija y hacerle pruebas de ADN.
“Yo le clamaba al señor de que me pudieran soltar y me dejaran ir y sí vi la mano de Dios esa ocasión porque ellos me acusaban de que yo traía a mi hija para trata de personas, que la venía a vender aquí a Tijuana”, relató María.