México, 31 de mayo de 2024 ::: La lucha por la aprobación y creación de políticas públicas en diversos países de
Latinoamérica para la prohibición de las terapias de conversión, mismas que anulan, impiden y niegan la orientación sexual e identidad de género de una persona, ha dado inicio, con base en que los Esfuerzos para Corregir o Cambiar la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG) violentan los derechos humanos de las personas LGBTQI+.
Pese a que las iniciativas fueron reconocidas y celebradas por Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y diversas instituciones de Gobierno, también provocaron controversias en algunos sectores de la sociedad. Esto debido a que consideran que la prohibición del ECOSIG significaría la restricción en poder brindar acompañamiento y atención psicológica a las personas LGBTQI+.
Estas polémicas por la búsqueda de impulsar proyectos de ley, expresan que se dejaría a las infancias desprotegidas ante la "promoción de transgenerismo e ideologías de género". Agustín Laje, escritor y politólogo, ha ahondado en los matices y posibles repercusiones de impulsar este tipo de iniciativas bajo la bandera de "prohibicionismo de la tortura".
En el podcast "Así avanza Soros en América Latina con la ideología de género", el escritor discutió junto con activistas de la salud mental, como Nael Condell, cuestiones ligadas a "la otra cara" de estos proyectos de ley. Como preludio, los analistas refieren, en recientes años, diversos estudios han demostrado que las terapias afirmativas o de aceptación de la identidad tienen en consecuencia, que los niños y adolescentes exijan o soliciten terapias hormonales, hormonación del otro sexo y operaciones de transición. Procedimientos calificados por Laje y Conndell, cual contraproducentes y dañinos. Pues, aseguran, estos pueden provocar descalcificación de los huesos, problemas de desarrollo cerebral y de diversos órganos.
Del mismo modo, Laje y Condell, argumentan, la promoción de las terapias de hormonación y procedimientos de transición de sexo, responden a intereses económicos y políticos de farmacéuticas y organizaciones clínicas. Mismas que, según los analistas, financian campañas de promoción de ideología de género y transgenerismo, difundidas por la propia comunidad LGBTQI+.
"El bombardeo de la idealización de tratamientos hormonales, convierte a las personas sanas en pacientes crónicos de por vida", menciona Condell. Así, refuerza el argumento de que la difusión ideología de género contribuye a que las farmacéuticas se enriquezcan a cuestas del bienestar de las personas LGBTQI+.
Bajo estas consideraciones, Laje y Condell aprecian el crecimiento de 400% de las adolescencias trans, como un fenómeno artificial que responde a intereses económicos. El cual se apoya de las redes sociales y el modelo afirmativo y educación sexual integral, o no sexista. Cabe señalar, Laje y Condell, conceptualizan el modelo afirmativo, como la adopción de una serie de estatutos que prohíben los diagnósticos de terapia psicológica o clínica, basados en la orientación sexual o identidad de expresión de género.
Así, tomando en cuenta estos juicios, Laje y Condell afirman que el modelo afirmativo puede ser dañino para las infancias. Lo justificar al decir, esto no permite, bajo ninguna circunstancia, la orientación sexual de género como catalogador de trastorno mental, discapacidad mental o problema psicosocial. Y siendo que para los analistas, la ideología de género y transexualidad se deriva de una serie de factores sociales, aprobar un modelo afirmativo significa dejar desprotegidas a las infancias.
De esta forma, Laje y Condell aseveran que los proyectos de ley, como el recién aprobado por México de sancionar cualquier intento de terapias de conversión, dejan sin alternativas de soporte o apoyo a las personas LGBTQI+. Pues, con estas leyes, los únicos esfuerzos válidos para atender a este sector poblacional, son las terapias enfocadas en afirmar la identidad de género.