Después de siete meses de labores de inteligencia, autoridades federales confirmaron que elementos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) capturaron a Miguel Ángel Treviño alias “El Zeta 40”, presunto líder de la organización criminal más sanguinaria del país sin realizar un solo disparo, informó Eduardo Sánchez González, subsecretario de normatividad de medios de la Segob.
Acompañado de representantes de Sedena, Marina y la Comisión Nacional de Seguridad, el funcionario destacó que el criminal acompañado de dos de sus secuaces fueron interceptados a las 3:45 horas de ayer por un helicóptero de la Armada cuando viajaban en una camioneta pick up al sureste de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Según los registros criminales, los dos acompañantes del Zeta 40 se hicieron llamar Abdón Federico Rodríguez de 29 años y Ernesto Rodríguez García de 38, quienes resguardaban 2 millones de dólares en efectivo, 8 armas largas y 500 cartuchos útiles.
Además indicó que el presunto criminal cuenta con siete procesos penales, acusado de los delitos de trasiego de drogas, narcotráfico, extorsión, asesinato, secuestro, robo y por supuesto de la matanza de 260 migrantes encontrados en fosas del municipio de San Fernando de la entidad antes mencionada.
Finalmente la autoridad federal confirmó que el Zeta 40 y los otros dos detenidos arribaron a las instalaciones de la Seido ubicadas en Paseo de la Reforma en espera de que se resuelva su situación legal y ponerlos a disposición de los jueces federales que llevan su caso.
La cruenta historia del criminal
Nacido el 18 de noviembre de 1970 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, Treviño Morales creció en una numerosa familia avecindada en Dallas, Texas, donde comenzó su carrera criminal a temprana edad, al unirse a la pandilla de Los Tejas, dedicada al robo y narcomenudeo en zonas de alta concentración de hispanos en territorio norteamericano.
Ingresó a las filas del Cártel del Golfo en el año de 1999, a los 27 años. Gracias a su conocimiento del idioma inglés y sus contactos en ambos lados de la frontera, rápidamente se convirtió en hombre de confianza de Osiel Cárdenas Guillén, que ya tenía el control total de las actividades del grupo delictivo en Tamaulipas.
También apodado "Z-40" fue asignado a las actividades del entonces recién creado grupo de Los Zetas brazo armado del Cartel del Golfo. Bajo el mando del ex militar Arturo Guzmán Decena "Z-1", los Zetas se convirtieron en los gatilleros del grupo criminal, en labores de contraespionaje para evitar la operación de grupos antagónicos en sus áreas operativas, así como de dirigir el cobro de piso y derecho de paso de mercancía hacia ambos lados de la frontera a través de las rutas tamaulipecas, teniendo a Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros como las principales plazas.
En ese año fue introducido con Heriberto Lazcano Lazcano “ el Lazca” convirtiéndose en su lugarteniente a partir del 2002, año en que cae abatido en un enfrentamiento Guzmán Decena, quedando el brazo armado bajo las órdenes de Lazcano, con quien establecería una relación de confianza que sería clave para llevar a Los Zetas al siguiente nivel.
En el 2005 es nombrado jefe de plaza para el Cártel del Golfo en Nuevo Laredo, Tamaulipas, con la encomienda de preservar la zona ante los embates de grupos de sicarios del Cártel del Sinaloa, quienes buscaban apoderarse de un paso fronterizo en Tamaulipas. Fue ahí donde Treviño Morales comenzó a crear su fama de sanguinario al orquestar decenas de homicidios de integrantes de grupos rivales, y de reclutar a pandilleros asesinar a su competencia.
En el 2006, "Z-40" fue acusado por autoridades de Estados Unidos, quienes giraron una orden de aprehensión en su contra por un doble homicidio en Texas, además de ser acusado de conspiración para el tráfico y distribución de cocaína en Norteamérica.
En el 2007 Heriberto Lazcano y Miguel Treviño Morales rompen su alianza con el Cártel del Golfo, estableciéndose como el Cártel de Los Zetas, uno de los más sanguinarios del país.
Después el grupo de asesinos se unieron al cártel de los Beltrán Leyva, operadores del Cártel de Sinaloa en Nuevo León y Coahuila, sin embargo al desintegrarse el grupo criminal, los Zetas se adueñaron de la base de operaciones en Nuevo Laredo considerada la "joya de la corona" por ser el cruce fronterizo más transitado.
Dicha unió, provocó una escalada de violencia sin precedentes en prácticamente todos los estados del país. Con Miguel Treviño "Z-40" como principal lugarteniente, Los Zetas sembraron el terror y dejaron un enorme rastro de sangre y plomo en el noreste del país, extendiendo sus operaciones San Luis Potosí, Durango, y a la ruta del Golfo con Veracruz, Quintana Roo, Tabasco.
El poderío de Los Zetas fue tal que Vicente Carrillo Fuentes, líder del Cártel de Juárez buscó y concretó una alianza, extendiendo el área operativa del grupo a Chihuahua, y desde ahí atacaron los estados de Baja California, Sonora, Sinaloa y Michoacán, estos últimos bastiones del Cártel de Sinaloa del "Chapo" Guzmán, quien consolidó un pacto con el Cártel del Golfo para crear la Nueva Federación, grupo armado que habría de oponer resistencia a Los Zetas y sus aliados.
Los Zetas no sólo se apoderaron de la gran mayoría de las rutas de trasiego de droga que administraba el Cártel del Golfo, que incluían contactos en Sudamérica, Estados Unidos y Canadá, sino que expandieron sus operaciones a otros delitos de los fueros común y federal, entre ellos el secuestro, extorsiones, cobros de piso, comercio de mercancía apócrifa (piratería), prostitución, trata de "blancas", tráfico de indocumentados, contaminando a policías, políticos y empresarios.