Sin reforma política no habrá condiciones para crecer económicamente, y sin una propuesta de esa índole en el presente periodo de sesiones, existe el riesgo de una regresión democrática que haga intrascendentes al resto de las reformas, consideró el líder de los diputados del PAN, Luis Alberto Villarreal.
A su parecer, la postura de que la reforma político–electoral no tendría que ser prioritaria, es similar a la que se resistía a dar representación a la oposición en el Congreso, o la que pretendía impedir la autonomía y ciudadanización del Instituto Federal Electoral (IFE).
“Sin reformas políticas y electorales, seguiríamos viviendo a la sombra del presidencialismo autoritario”, advirtió en un comunicado el legislador del Partido Acción Nacional (PAN).
Los proyectos legislativos de esa índole, explicó, tienen la finalidad de transitar de una democracia electoral a una representativa y participativa donde los ciudadanos se involucren en la toma de decisiones.
Recordó que el martes pasado su partido presentó la propuesta de reforma político-electoral, que plantea la creación de un instituto nacional electoral y la desaparición de los organismos locales en la materia.
Propone también la reelección legislativa y municipal, gobiernos de coalición, ratificación de gabinete, segunda vuelta electoral, además de autonomía del Ministerio Público y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Una vez presentada la iniciativa, está en curso la negociación con otras fuerzas políticas para aprobarla en este período ordinario de sesiones, pues opinó que “de poco servirán reformas económicas en el futuro, si mantenemos una estructura política del pasado”.
Villarreal García destacó que el partido blanquiazul ha dado una lucha sin tregua para democratizar a México desde los municipios, los estados, los Congresos, los medios, las plazas y las calles, “porque creemos que los ciudadanos libres pueden decidir el rumbo de México”.
“Hemos ganado terreno al autoritarismo, pero quedan muchos espacios de opacidad, de clientelismo, de una perversa utilización de recursos públicos para lucrar con la pobreza de la gente; espacios de silencio e inacción donde lo que se necesita es la voz y la fuerza de la mayoría ciudadana”, finalizó.