El cardenal Norberto Rivera lamentó que no todos los niños puedan disfrutar de su niñez; pues muchos sufren o son amenazados en varias partes del mundo: padecen hambre y miseria, mueren a causa de enfermedades que podrían ser curadas o por desnutrición.
Además, dijo, no tienen posibilidad de recibir educación, perecen víctimas de la guerra, son abandonados por sus padres y condenados a vivir sin hogar, privados del calor de una familia propia, soportan muchas formas de violencia y de abuso de adultos y, lo que es peor, acusó, "mueren en el seno de su madre asesinados por quienes más los debían cuidar".
Durante la homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el arzobispo primado de México consideró que "los bautizados nunca agradeceremos lo suficiente ese regalo precioso de es la adopción divina que recibimos el día de nuestro bautismo".
Refirió que algunos niños "presumen que son hijos de fulano de tal o de mengano... los adultos con frecuencia presumimos los títulos o los grados académicos; pero lo que realmente deberíamos presumir es nuestro mayor título: hijo de Dios. Pero no sólo presumirlo, sino como Jesús, con las obras demostrarlo”.
Rivera Carrera relató que cuando los discípulos de Jesús discutían sobre quién era el más grande, él les advierte: "Si no cambian y si no se hacen como niños, no van a entrar al Reino de los Cielos".
A ello añadió: "al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar".
En este contexto, el clérigo destacó que "los niños y niñas son tan importantes para Cristo que los pone como modelo para poder entrar al Reino de los Cielos. Los niños y niñas son los que mejor pueden descubrir lo que significa ser Hijos de Dios".
Al término de la misa dominical, el cardenal Norberto Rivera aprovechó para entregar a los niños un regalo por el Día de Reyes, juguetes donados por el periodista Jorge Garralda.