Mucho se ha hablado de más de una docena de fosas clandestinas halladas en Iguala y Cocula, Guerrero, donde se encontraron los restos calcinados de más de 20 personas aún sin identificar, pero muy poco se han difundido las noticias de que en ejidos de Sinaloa también han descubierto fosas con cuerpos.
Desde septiembre de este año se han encontrado fosas con cuerpos cerca de donde se construye un gasoducto; unas descubiertas por trabajadores y otras por familiares de desaparecidos.
Han sido 15 cuerpos los que se han hallado, ninguno ha sido identificado, por lo que se han tenido que practicar pruebas de ADN, las cuales hasta el momento siguen en los laboratorios, mientras en el ejido La Choya, municipio de El Fuerte, pasando por la Estación Sufragio, se siguen encontrando cuerpos.
Familiares de uno de los desaparecidos, hicieron el pasado jueves el más reciente hallazgo de una fosa donde había 5 cuerpos, por lo que avisaron a las autoridades que se presentaron -el viernes por la mañana- en el lugar en patrullas de la Policía Ministerial y la Policía Municipal de El Fuerte, acordonando el lugar cien metros a la redonda, desde donde se podía ver que sobresalía un cráneo.
José Luis Leyva Rochín, encargado de la agencia del Ministerio Público especializada en desapariciones forzadas, a su llegada fue avisado de que monte arriba había vestigios de un campamento abandonado donde aún se veía y olía la ceniza de una fogata que se consumió durante la noche del jueves para el viernes.
La policía ministerial no encontró a persona alguna, sólo marcas de llantas de una camioneta, botellas de agua y restos de comida. Sin embargo, ahí había dos fosas, sólo que vacías, con vestigios de que habían sido desenterrados cuerpos que ahí estaban.
Sólo una bolsa con huesos se vio que bajaran del monte personal de la funeraria Moreh, la empresa que acompaña a los agentes de la Procuraduría de Justicia en las exhumaciones.
En la tarde del viernes llegó el Subprocurador de Justicia de la Zona Norte de Sinaloa, Evaristo Castro Borbolla, así como peritos de la Procuraduría General de la República, quienes estuvieron escasamente media hora y se retiraron del lugar con varios sobres abultados.
Ningún cuerpo de los cinco encontrados estaba reconocible, sólo había huesos que fueron llevados por el personal de la funeraria. En la tumba, sólo quedó una virgen de plástico que puso la familia de Rafael, al que buscan desde años.