El transporte público en el Valle de México es un desastre, debido a la falta de regulación en las diferentes rutas que prestan servicio en el Distrito Federal y el Estado de México. Además se ofrece un servicio de transporte inseguro, ineficiente, incómodo, con una tarifa inadecuada, un parque vehicular obsoleto, contaminante, y corrupto.
El Estado de México sufre uno de los mayores conflictos en la transformación del transporte, debido a que, según las encuesta de “Dinamia” es inseguro, caro, lento y con mucho desorden. Según los resultados siete de cada 10 personas en la entidad utilizan microbuses o combis, 32 por ciento utiliza dos medios como mínimo, el costo es de 50 pesos aproximado para sus recorridos y tarda en promedio dos horas para llegar a la Ciudad de México.
Existen cuatro factores fundamentales que se deben tomar en cuenta para tener un transporte público mejorado: el desarrollo alrededor de corredores de transporte público existente, el reaprovechamiento de los Centros de Transferencia Modal, la provisión de más transporte público y la transformación de zonas que ya cuentan con transporte público.
Para cumplir con el objetivo de descentivar el uso del automóvil para un mejor desarrollo urbano se requiere de planeación. Mientras en el Reino Unido se construye un edificio de 87 pisos con 5 cajones de estacionamiento, en el Distrito Federal se construye uno de 60 pisos con 10 mil cajones... sin duda un área de oportunidad.
El transporte en el Valle de México ha dejado mucho que desear durante los últimos años, debido a que existen graves problemas de contaminación, saturación, competencia desleal, unidades caducas, entre algunos más.
Entre las posibles soluciones se encuentra la inversión en transporte tipo BRT como lo es el Metrobús y Mexibús, la recuperación de espacios públicos para que no se construya más infraestructura urbana, y tarifas o sistemas establecidos; con esto se reducen los tiempos, los costos y se reordena el caos que existe en el transporte público.
Sin duda, el desarrollo de la Ciudad de México depende en buena medida de las políticas públicas que adopte el Estado de México, porque el transporte en esa entidad es un desastre; así como la recuperación de espacios.
Estas medidas dependerán en gran medida del trabajo conjunto de los gobiernos del
Estado de México como delDistrito Federal, de la visión de una política de transporte integral y transversal, así como de la inversión gubernamental en el rubro.
@gilbertgy