SE FUE CASTILLO

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No propiamente para atender el clamor popular, sino para evitar enrarecer el clima político durante el desarrollo del proceso electoral en la entidad, el gobierno federal, en voz del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció la decisión de que Alfredo Castillo abandone el cargo de Comisionado Federal y será sustituido por el general Felipe Gurrola.

Decisión que, como ustedes recuerdan, se fue postergando a partir del reclamo de miembros de las autodefensas quienes aseguraron que Alfredo Castillo llegó con todo el poder de la federación, asumiendo un cargo plenipotenciario, vulnerando la Constitución estatal, en virtud de que el propio ejecutivo michoacano estuvo bajo su férula y sólo le dejaban la emisión de discursos y el espacio en eventos para que se justificara el respeto a la investidura del gobernante, pero las decisiones las tomaba Alfredo Castillo.

Desde diciembre pasado se planteó en el Congreso michoacano un exhorto al presidente Peña Nieto para desaparecer la comisión que encabezaba Alfredo Castillo, derogando el decreto administrativo que dio pie a esa comisión que, como he comentado, se convirtió por lo menos en un gobierno paralelo.

El gobierno se resistía a tomar la decisión, pero los resultados fuera del discurso no son para elogiar a nadie y mucho menos para satisfacer la demanda de los habitantes de Michoacán, que se centraba en que detuvieran al crimen organizado porque continuaban los secuestros, los robos, los pagos de renta de piso. Durante el año que estuvo Alfredo Castillo, dicen en la tierra purépecha, los delincuentes sólo cambiaban de grupo, pero lo demás continuaba igual.

Ésa fue la razón por la que diputados federales, senadores, organizaciones y hasta ministros religiosos, pidieron la salida de Castillo, porque él incrementaba su poder pero los ciudadanos seguían enfrentado los embates y abusos del crimen organizado.

Hay que recordar que habitantes de Tomatlán, denunciaron una y otra vez que comandantes de la llamada fuerza rural creada por Alfredo Castillo, tienen vínculos con el crimen organizado, citaron en ese tiempo al "Papá pitufo", "el Americano", quien trabajaba para “los viagra”, el denominado Nueva Generación, de Alberto Gutiérrez y otros que continuaban trabajando para los Caballeros Templarios".

Obviamente, esto siempre lo negó Alfredo Castillo, hasta que se dio el enfrentamiento entre la gente de Hipólito y el Americano cuya consecuencia fue de 11 muertos entre ellos, el hijo del ex líder de las autodefensas. Ahora el reto es mayor, en particular, recuperar la confianza ciudadana y poner orden para, en verdad, hablar de que en Michoacán ya se recobró la paz, ojalá y lo logre el general.

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