Presupuesto Base Cero “sería caldo de cultivo”

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Este 30 de junio la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anuncia la nueva estructura presupuestaria, que incluirá la eliminación y/o fusión de los 889 programas públicos que contemplará el llamado "Presupuesto Base Cero" para 2016.

En este sentido, el titular de la institución, Luis Videgaray, informó que este, a través de la Estructura Programática del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, dará a conocer las nuevas líneas de ejecución de los recursos públicos, tal como lo anunció el Gobierno federal, en el sentido de que ya no utilizará el mismo criterio en la definición del Paquete Económico para 2016.

A decir de los especialistas en la materia este anunció se hace en un escenario económico internacional desfavorable, el cual incluye la abrupta caída en el precio internacional del petróleo e incertidumbre en los mercados financieros y bursátiles por el posible incremento de las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, el gobierno federal inició este 2015 con un recorte presupuestal equivalente al 0.7 por ciento del producto interno bruto (PIB).

De acuerdo al análisis del Centro de Investigación para el Desarrollo, (CIDAC), a pesar de la implementación de las reformas en materia económica (energía, telecomunicaciones, competencia), la presente administración sabe que la época de medidas austeras es una realidad en el corto plazo. No obstante, el PBC, más que una solución real y contundente a fin de promover el ejercicio eficiente y transparente de un gasto público, puede ser caldo de cultivo en la preservación de la nula rendición de cuentas, y desencadenar más discrecionalidad, corrupción y clientelismo. De continuar así, las presiones del sector productivo por una modificación al régimen fiscal originado por la Reforma Social y Hacendaria de 2013 podrían recrudecerse en los próximos meses.


Hay que recordar que la SHCP informó que un nuevo recorte de 0.8 por ciento del PIB sería necesario a inicios de 2016. Por consiguiente, y dado que los menores ingresos federales persistirán a causa de la expectativa de que el precio del crudo se mantenga bajo por varios años más y por la caída en la producción del hidrocarburo, la SHCP propuso redefinir la elaboración del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), de tal forma que el gasto público sea eficiente y moderado, pero privilegiando a la vez las necesidades productivas y de desarrollo del país. Esto se conseguiría, según dicha secretaría, con un Presupuesto Base Cero (PBC) y con el apoyo técnico del Banco Mundial en su diseño e implementación.

En este contexto Luis Videgaray explicó que ante la limitación de ingresos por los bajos precios del petróleo, "la estructura programática es el catálogo de programas presupuestales, no contienen todavía cifras, no contiene todavía números, pero sí la nueva estructura de presupuesto; ¿Qué podemos esperar para mañana? Es una primera lista a lo que será la nueva estructura, pero conforme lo prevé el precepto que está inscrito en ley; es apenas una nueva estructura programática, las propuestas numéricas se darán a conocer la Cámara de Diputados en septiembre, cuando se presente la propuesta del paquete económico", expuso.


¿Ejercicio eficiente del gasto público?

De cuerdo al investigador del Centro de Investigación para el Desarrollo, (CIDAC), Francisco R. Tapia Mansilla, la idea original del PBC, procedente de la década de 1970, está ligada al sector privado y se basa en modelos de gestión corporativa. De ahí que las ventajas que ofrece la implementación de un PBC incluyen la identificación de programas ineficientes y obsoletos, la generación de más y mejor información útil para la toma de decisiones, y la difusión del conocimiento sobre el ejercicio presupuestario en los niveles operativos inferiores de una administración. El PBC es una metodología que ata la asignación de los recursos a objetivos específicos, y no al revés como hoy sucede en el ámbito de las finanzas públicas con el PEF.
Explicó que los presupuestos gubernamentales en México son inerciales, es decir, parten de bases anteriores que tienden a generar espirales inflacionarias cuya gravedad se acendra ante la ausencia de planeación estratégica. Por si fuera poco, los criterios políticos, si bien pesan en cualquier país del mundo, en el caso mexicano representan una especial carga contra los estándares de optimización económica, agregó.

“La implementación de un PBC no necesariamente derivaría en un ejercicio eficiente del gasto público, sino en un placebo para su manejo discrecional y en un vistoso ajuar que simule medidas fiscales cautelosas”, dijo el especialista.

El primer reto para que un PBC sea exitoso, indicó, es contar con un presupuesto flexible y con pocas ataduras a ejercicios anteriores. De entrada, esto es bastante complicado en el caso mexicano, en especial porque el gobierno federal está interesado en tener recursos disponibles a fin de echar a andar las reformas promovidas por la administración Peña Nieto.

Asimismo, según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestal (CIEP), sólo 27 por ciento del gasto público (alrededor de 1.26 billones de pesos) es susceptible de ser modificado como PBC y, de dicha cifra, sólo 247 mil millones de pesos pueden ser ajustados de inmediato.  

Otro gran reto es que se requiere contar con un personal administrativo y gestor del PBC altamente capacitado, de tal manera que el incremento en la burocracia propio de su implementación no represente un mayor costo versus los potenciales ahorros a obtener. Además, si existen presiones políticas por preservar un statu quo o los sistemas de información son escasos o poco transparentes, un PBC resulta inefectivo. Por último, deberá procurarse una modificación en la conducta de la planeación y el ejercicio del presupuesto, ya que con un PBC se pueden conseguir ahorros inmediatos, pero si la cultura persiste en ser despilfarradora, poco transparente y no rinde cuentas, los beneficios del PBC quedarán en letra muerta, explicó.


Precriterios económicos 2015

Cabe señalar que de acuerdo con los Precriterios Económicos 2015, que entregó el Gobierno federal al Congreso de la Unión el pasado 31 de marzo, la SHCP proyecta para el próximo año un gasto neto pagado de cuatro billones 660 mil 91 millones de pesos, monto que representa un recorte de 3.5 por ciento respecto al monto aprobado para 2015.
El secretario de Hacienda también confirmó que el Gobierno federal sostiene pláticas con representantes del sector privado, con el objetivo de implementar incentivos fiscales que impulsen el empleo, la inversión y el desarrollo económico.

Sobre este punto, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, informó que las negociaciones con Hacienda siguen en marcha, aunque reconoció que será el Congreso de la Unión quien tenga la última palabra en este sentido.

"Estamos trabajando en estos temas, que es recuperar la deducibilidad en inversiones, la parte del ahorro, el tener tasas mucho más bajas para tener ahorros positivos, sobre todo y también promover políticas públicas que ayuden a generar más y mejores empleos; .yo creo que lo óptimo es que el legislativo sea el que apruebe, el que revise y el que mejoren", comentó el empresario, quien también participó en el evento citado.

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