Iniciará diplomado en albures finos

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“Por su origen, el albur es blasfemo porque desacraliza lo sagrado y vuelve poético lo prosaico, derrumbando con su ritual grotesco la solemnidad de la liturgia académica”, afirmó Alfonso Hernández, quien junto con Lourdes Ruíz impartirá, gratuitamente, el diplomado en albures finos los martes 9, 16 y 23 de febrero, así como  el 1 de marzo, de las 10:00 a las 12:00 en la Galería José María Velasco.

El cronista de Tepito dijo que el objetivo del curso es “reivindicar la picardía mexicana desde aspectos de la fenomenología del relajo, a través de la aportación de conocimientos contextuales, lingüísticos y discursivos planteados por este barrio tan emblemático de la Ciudad de México”.

Luego de aseverar que Tepito “reconoce la paternidad del albur”, señaló que el diplomado “fomenta la lectura, propicia la elocuencia y provoca la improvisación con interacción grupal en un ajedrez mental que va revelando los muchos complejos y los pocos reflejos que se tienen para entender o responder un albur”.

Indicó que el albur es “incomprendido”, debido a que “sabe interactuar en todos los géneros del lenguaje”, e incluso “rompe las reglas de la respetabilidad intelectual al rebasar las trampas académicas con exacerbaciones y metáforas deslumbrantes; superar la paradoja y la hipérbole con el libérrimo uso de las palabras […] y actuar en el tablero de un escenario metafísico donde dos sujetos se retan una jugada de ajedrez mental”.

A decir de Hernández, “el albur expresa resistencia, desobediencia y una transgresión que revela por qué se rebela contra la disfunción neuronal y el complejo hidrocanoico, ya que es un motor lingüístico con la inspiración e improvisación repentista de sujetos que ejercen libidinalmente su erotismo vital”.

Apuntó que el albur “desconcierta a las personas que han extraviado la forma de expresarse, porque se niegan a pensar libremente, prefieren la obediencia a la imaginación, temen el riesgoso vuelo del pensamiento y no les interesa despertar su ingenio ni desencadenar la metáfora del erotismo. Al funcionar como acumulador del instinto sexual, el albur adquiere la potencia que transfigura lo sexual en erotismo transgresor”.

Al albur, agregó, “hay que interpretarlo con la metáfora del espejo estrellado, donde cada quien escoge el fragmento que le resulte más atractivo, ofensivo, significativo o repulsivo en un curioso proceso de reflexión, introspección y conocimiento.

Por todo lo anterior, invitó a la gente interesada a participar en el diplomado de albures finos que se llevará a cabo en el espacio dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ubicado en Peralvillo 55, colonia Morelos, en el barrio de Tepito.

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