Desde muy temprano un nutrido contingente se reunió el domingo pasado en las cercanías del Ángel de la Independencia para marchar sobre Reforma hasta la Glorieta de Colón, en donde López Obrador realizó un mitin, donde exigió la liberación de Rubén Núñez, dirigente de la sección 22 de la CNTE en el estado de Oaxaca, así como del Secretario de organización Francisco Villalobos y de 12 presos más.
Después de semanas de tensión y enfrentamiento entre integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y el Gobierno Federal por desacuerdos con el contenido de la reforma educativa, el movimiento magisterial se volvió a reunir una vez más en una marcha convocada por Andrés Manuel López Obrador y militantes del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
El Mega contingente tenía planeado dividirse en dos grandes grupos; uno se dirigió al zócalo y otro a las inmediaciones de la Procuraduría General de la República.
Una ves terminado el evento de Morena y esperar por más de dos horas para poder avanzar hacia la Procuraduría General de la República, la marcha por Ayotzinapa reinició su camino hacia las oficinas de esa dependencia sobre Paseo de la Reforma; dicha movilización es encabezada por los padres de los 43 normalistas desaparecidos y a la que se han sumado integrantes de la CNTE y de otros sectores sociales. Desde el principio, los padres de familia de los 43 han expresado su distancia respecto de cualquier partido político, a fin de evitar cualquier mal entendido de intromisión partidista en el movimiento que exige la aparición con vida de los estudiantes normalistas.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Pública, la convocatoria logró reunir a unas 17 mil personas. Sin embargo, a través de redes sociales, varios usuarios denunciaron que para ‘engrosar’ el número de inconformes en la movilización de este domingo, se echó mano de un número importante de ‘acarreados’, mismos que fueron evidenciados por ser trasladados en varios camiones.