Luego de la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) condenó la acción y acusó que el Senado de ese país “dio un golpe de Estado blando que vulnera la democracia de los países de América y el Caribe”.
El partido del sol azteca, pidió al Partido de los Trabajadores de Brasil “resistan el embate de la derecha y los poderes oligárquicos que hoy atentan contra la democracia en este país hermano”.
El PRD señaló que este falló “se suma a los que ya han acontecido en el pasado en México, durante el intento de destitución del entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México en 2006”.
Los integrantes del partido de izquierda, citarón los casos de los ex presidentes José Manuel Zelaya en Honduras y Fernando Lugo en Paraguay, como otros procesos similares.
El fallo se definió con 61 votos contra 20, el Senado aprobó la destitución de Rousseff por irregularidades presupuestarias, que ella siempre negó.
La expresidenta fue informada poco después de la decisión, que se tomó al final de un proceso que desde hace nueve meses estremece a Brasil.
Después de aprobar su destitución, el Senado conservó los derechos políticos de la mandataria, por lo que Dilma Rousseff, si lo desea podrá presentarse a cargos políticos.
Si bien quedó habilitada para funciones públicas, Rousseff, que gobernó desde el 1 de enero de 2011 hasta este miércoles, no podrá optar al cargo de presidenta en 2018 porque ganó dos elecciones consecutivas.