Frente al nuevo “gasolinazo” del 20% de aumento, impuesto a la ciudadanía y que rige a partir del día de hoy, desde la Fundación Conciencia y Dignidad decimos que:
En primer lugar, mientras la clase política siga teniendo prebendas que la alejen de la realidad del resto de los
ciudadanos, como gasolina gratis, exultantes e insultantes sueldos frente a la crisis económica que se vive, bonos de todo tipo, generando como resultado que en realidad constituyen una casta por encima del resto de la población y los vuelve insensibles a los problemas reales del país, llegar a soluciones reales, será cada vez más difícil y de menor interés, para quienes en realidad conducen y administran la sociedad, y son los verdaderos y únicos responsables de lo que sucede.
Por si fuera poco, la gravedad de las proporciones de la crisis alcanzada, con un tipo de cambio de 21 pesos por dólar, sin que aún se vean las verdaderas consecuencias del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos puesto que aún no ha asumido, podemos ver cómo desde el gobierno federal se realizan declaraciones alegres que no sólo no resisten el menor análisis sino que no tienen un gramo de sensatez, como las pronunciadas por el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, quien ha afirmado que con el gasolinazo “ganan el país, nuestros hijos y nuestros nietos”. Si el Secretario de Hacienda se refiere a los hijos y los nietos de quienes integran el gabinete del gobierno de Enrique Peña Nieto, y a los que harán muy buenos negocios con el gasolinazo, tal vez tenga razón, pero si se refiere al ciudadano común, a la población en general, sus declaraciones constituyen por decir lo menos, un insulto a la inteligencia.
Cualquier persona medianamente informada, sabe, que en cualquier país del mundo, cuando la gasolina aumenta, o sube el dólar, aumenta todo lo demás, incluyendo sin duda la inflación. Pero el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto pareciera dirigirse a un mar de tontos, al que pretende contarle la alegre versión de que el aumento de la gasolina traerá numerosos beneficios para la población en general y para el resto de la sociedad.
Frente a esto, desde la Fundación Conciencia y Dignidad solicitamos a la clase política en general, que se ponga a la altura de las circunstancias, y a que con ética y dignidad renuncie a los privilegios que los ha vuelto una casta, como el simple hecho de tener gasolina gratis, y que los distancia de la realidad del resto de los mexicanos, que ven como un gobierno fuera de control y de la realidad, pretende venderles como parte de los beneficios de un paraíso que no existe, las bonanzas de este nuevo atraco que constituye el nuevo gasolinazo, por encima de todas las promesas incumplidas, como las prodigadas por las reformas llamadas estructurales, que hoy han quedado claro que no eran otra cosa que el cuento de las recetas neoliberales de siempre, que se pueden resumir en todas las latitudes como mucho humo para hoy y hambre para mañana y que en todas partes solo pueden ser implementadas a través de la implementación de una enorme maquinaria de corrupción.
Una clase política que actúa como una casta, que está totalmente alejada de los problemas que tiene el resto de la sociedad.
Mientras la clase política no tenga los mismos problemas que el resto de los ciudadanos, permanecerá insensible a los problemas fundamentales del país, que en realidad ellos no sufren ni los perjudican.
Frente a esto, hacemos un llamado a que toda la clase política, senadores, diputados, secretarios de Estado, miembros del gabinete federal, y funcionarios en general, incluyendo los de los estados, en todos sus niveles, dejen de tener vales de gasolina gratis.