Carlos Slim logró su cometido y persuadió a Alfonso Navarrete Prida de que Manelich Castilla siga como comisionado de la Policía Federal. El flamante jefe de la
Secretaría de Gobernación quería este cargo para una persona de su confianza, incluso el nombramiento estaba redactado pero una llamada urgente generó una marcha atrás rutilante.
Esa llamada, según pudo saber LPO, se gestionó desde el entorno del dueño de Grupo Carso -que públicamente niega su injerencia en la vida política de México- y generó un frenazo rotundo con el cambio de mando que buscaba Navarrete Prida: Castilla retuvo su oficina.
Navarrete ha puesto especial énfasis en controlar las áreas de seguridad e inteligencia con hombres de su entera confianza, como es el caso de la división de inteligencia de la propia Policía Federal donde reporta un allegado del Edomex. LPO adelantó esta voluntad primordial para Los Pinos.
Manelich conoció al magnate por su trabajo en la Fundación Telmex donde se ocupó de la reinserción social de personas que habían cometido delitos. La cercanía con este conglomerado le permitió llegar a la cúpula policial sin haber hecho nunca carrera en esa fuerza. Es abogado y maestro en Ciencias Penales.
Según consigna el semanario Proceso, Castilla Craviotto estuvo directamente implicado en el enfrentamiento de la Policía Federal con civiles en el frustrado desalojo del bloqueo de la carretera a Nochixtlán, Oaxaca, el 19 de junio de 2016 que dejó ocho muertos y decenas de heridos.
Como comisionado general de la Policía Federal, Castilla está al mando de más de 35 mil efectivos: más que los de la Marina Armada de México.
El fortalecimiento de la corporación lo conoció el propio Castilla desde adentro, pues formó parte del grupo de Genaro García Luna (otro hombre de buena relación con Slim), en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) durante el gobierno de Felipe Calderón. En ese sexenio, la corporación pasó de 5 mil a 36 mil hombres.