El debate de los aspirantes a la Presidencia de la República del pasado domingo fue un ejercicio que movió a la opinión pública, en especial en redes sociales, por lo que por
primera vez se ha generado una gran discusión, coincidieron expertos de la UNAM y del Tecnológico de Monterrey (ITESM).
Durante el conversatorio “Las contiendas del primer debate presidencial”, organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), Fernando Castaños expresó que existe la posibilidad de que se haya tratado un debate trascendente aunque “en estos momentos hay incertidumbres importantes en el ambiente”.
A su vez, el exdirector de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Fernando Castañeda, consideró que se vive una situación de desencanto sobre las promesas y ofertas de políticas públicas acompañadas de un fenómeno mediático.
Expuso que el proceso de campaña y disputa política se ha personalizado y traducido en un problema técnico de estrategias y vacío de contenidos ideológicos y políticos en el marco de una contienda electoral “ligth”.
“Sin propuestas claras, donde el problema de la personalidad y la credibilidad fue el tema más importante. Fue una discusión sin propuestas importantes, sólo una que otra idea que podría ser sugerente y sin proyecto de inclusión social respecto al tema de la democracia”, consideró.
En opinión del académico del ITESM, Juan Manuel Ortega, el debate no modificó las preferencias electorales, mientras que la experta en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Anna Laura Montiel, comentó que los debates son ejercicios para generar imágenes y percepciones rápidas.
“La gente no quiere pensar, los electores toman información a partir de atajos que les permiten decidir por quién votar; el ciudadano común quiere certezas, ver quién es el que tiene más poder, está mejor preparado o es más carismático, y a partir de eso tomar decisiones”, detalló.
El comunicado explica que los especialistas coincidieron en que se trató de una actividad flexible e interesante que generó una discusión que no se había visto antes en un debate presidencial en México y que, aún cuando hubiera habido un candidato ganador en dicho proceso, eso no implica modificaciones profundas en las preferencias electorales.