La victoria de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de México podría indicar cambios en las políticas fiscal, económica y energética,
aunque el grado de cambio bajo la nueva política del gobierno y el Congreso sigue siendo incierto, consideró Fitch Ratings.
La calificadora internacional de riesgo crediticio señaló que esta incertidumbre podría pesar sobre la inversión hasta que surja una mayor claridad sobre la orientación de la política de la próxima administración.
Resaltó que el nuevo presidente de México tomará posesión el 1 de diciembre y heredará una economía en general flexible, pero lenta, un sólido marco de política general y una deuda estable o en descenso.
Refirió que las elecciones en México marcaron un cambio político significativo con López Obrador, del partido izquierdista Morena, en camino de ganar cerca de 54 por ciento de los votos, de acuerdo con estimaciones preliminares.
Las estimaciones también sugieren que Morena y sus aliados han logrado avances significativos en las elecciones al Congreso, y es probable que ganen más de 50 por ciento de los escaños en la Cámara de Diputados.
De confirmarse esto, significaría que la administración de Andrés Manuel López Obrador estará en una posición sólida para controlar la agenda legislativa, anticipó Fitch Ratings.
López Obrador ha recurrido al descontento con los partidos políticos tradicionales y ha hecho campaña para luchar contra la corrupción y la desigualdad de ingresos, de acuerdo con al agencia evaluadora.
Su programa económico incluye respetar la autonomía del Banco de México (Banxico) y los regímenes de tipo de cambio flexible y de metas de inflación, mientras que las políticas fiscales expresadas incluyen mantener la disciplina, pero también la posible expansión y reorientación del gasto.
López Obrador hizo campaña para aumentar los gastos en áreas como pensiones, nuevos subsidios para estudiantes universitarios de bajos ingresos e inversión pública, pero esto puede ser contradictorio para mantener la disciplina presupuestal, a menos que se compense lo suficiente con recortes de gastos o aumentos de impuestos, estimó.
La agencia evaluadora comentó que el virtual presidente de México ha propuesto combatir la corrupción, enfrentar las ineficiencias del sector público y reducir ciertas transferencias federales.
Sin embargo, precisó, las perspectivas de ahorro de estas iniciativas siguen sin estar claras, y la secuencia de expandir el gasto social contra las medidas de ahorro de costos será importante para garantizar que los superávit primarios del sector público permanezcan intactos.
Recordó que la carga de la deuda del gobierno federal disminuyó en 2017 después de haber aumentado durante varios años, y prevé una trayectoria de disminución gradual a condición de que se mantengan los superávit primarios.
Previó que la forma en cómo López Obrador equilibrará la disciplina fiscal con el gasto social creciente, especialmente en el presupuesto de 2019, podría ser un importante indicador temprano de la dirección de la política de su administración.
Fitch comentó que el gobierno del próximo presidente tendrá que presentar el presupuesto a mediados de diciembre, y es probable que se coordine con la administración actual para su preparación.
La composición del gabinete económico puede ser otra señal temprana de cómo manejará las prioridades de la política económica y fiscal.
No obstante, dijo, la incertidumbre prolongada sobre la política energética del gobierno de López Obrador podría afectar la Inversión Extranjera Directa, el crecimiento económico y la producción de petróleo a lo largo del tiempo.
Además, con las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en curso, el nuevo presidente de México puede heredar el proceso de renegociación, lo que ha resultado un desafío para los países que lo constituyen.
El escenario base de Fitch continúa siendo una conclusión favorable para las conversaciones del tratado comercial trilateral que no interrumpe materialmente el comercio de México con Estados Unidos.
Sin embargo, persisten los riesgos de una derogación o reescritura sustancial del acuerdo del TLCAN que afectaría el comercio y la inversión.
Fitch confirmó las calificaciones soberanas de México 'BBB +' con una perspectiva estable en marzo de 2018.
“Notamos que las calificaciones de México podrían verse negativamente afectadas por el debilitamiento de la consistencia y credibilidad del marco de política macroeconómica y/o el debilitamiento de las reformas estructurales en el proceso de implementación”, expuso.
Además por un aumento de la tendencia en la carga de la deuda del gobierno y el deterioro de los vínculos económicos, comerciales y financieros del país con Estados Unidos, lo que reduce la inversión doméstica y las perspectivas de crecimiento, apuntó.