Ciudad de México, 24 de agosto de 2018, El día de ayer jueves José Cardenas en su programa de noticias en Grupo Radiofórmula por la 103.3 de FM y 970 de AM,
entrevistó a Gustavo Jiménez Pons, quien fuera aspirante independiente a la Presidencia de la República, Jiménez Pons, dueño de la empresa GBS Air Enterprises, informó durante la entrevista que entregó una carta de intención a Andrés Manuel López Obrador para comprar el avión presidencial, denominado José María Morelos y Pavón, y que ofrece la cantidad de en mil 900 millones de pesos.
El empresario y también ex candidato al gobierno de la ciudad de México en 2006, dijo que la finalidad de la compra es rentar el la aeronave como un taxi aéreo de lujo a presidentes de otros países que no tienen aeronaves privadas o a bandas de rock como los Rolling Stones.
En la carta que entregó en manos de Leticia Ramírez, encargada de atención ciudadana de López Obrador, el empresario que se dedica a los servicios de taxis aéreos, también propone al presidente electo pueda hacer uso del avión presidencial y que el gobierno solo pague los gastos de vuelo y operación de la aeronave.
Además, se interesan en tener en arrendamiento las instalaciones del denominado hangar presidencial para tener la aeronave en dicho espacio y de ser posible subcontratar los servicios del personal que da mantenimiento al TP01.
Ante la promesa, durante la campaña presidencial, del ahora candidato electo Andrés Manuel López Obrador de que vendería las aeronaves o aviones del gobierno federal, el empresario Gustavo Jiménez Pons, le toma la palabra y hace una oferta formal por el avión presidencial mexicano, un Boeing Dreamliner 787-8, tiene un costo total —incluyendo ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina, certificaciones y un paquete de refacciones— fue de 218.7 millones de dólares.
En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018 se explica que la adquisición del avión presidencial será amortizada durante los 15 años con dos pagos anuales, uno de 45 millones de pesos, por operación y mantenimiento; y un pago por el arrendamiento entre 4.6 y 451.4 millones de pesos, por lo que se espera que la aeronave tenga un costo total de 7,560 millones de pesos.
Cabe destacar que la aeronave no es propiedad del gobierno mexicano, toda vez que la operación de adquisición se ha realizado mediante un contrato de arrendamiento financiero y al termino del plazo, el equipo Boeing Dreamliner 787-8, será adjudicado al Estado Mexicano. Por lo que; en caso de proceder la propuesta de AMLO para ¨venderla aeronave presidencial, únicamente podrá ceder los derechos del contrato en arrendamiento y de esta manera evitar que su gobierno cumpla con las obligaciones contrariedad durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Sin embargo, se vislumbra un gran negocio, en el cual, apenas se van calentando los motores, para probablemente justificar el otorgar en concesión la flota aérea del gobierno federal a un privado y que posteriormente este le cobre renta por los servicios de transporte al horario mexicano.