Diputados del PAN y PRD recibieron con cautela la propuesta de Morena para reducir
en un 50 por ciento el financiamiento público a partidos políticos para sus actividades ordinarias permanentes, que de aprobarse generaría un ahorro de alrededor de dos mil 500 millones de pesos.
Ernesto Ruffo Appel, del PAN, dijo que habría que revisar el tema del financiamiento, porque una reducción de 50 por ciento al único partido que conviene es a Morena por el nivel de votación que alcanzó en las pasadas elecciones.
Opinó que una medida de esa naturaleza busca ahorcar a los partidos en materia financiera, pero admitió que se deben buscar ahorros aunque no de esa naturaleza.
Planteó que una salida podría ser un presupuesto base a todos los partidos y después uno variable que tenga qué ver con el número de votos y distritos ganados, “entonces tiene que ser una fórmula de fijo, más una variable".
“Evidentemente esto tiene qué ver con la elección intermedia federal del 2021, donde habrá que elegir a los integrantes de la Cámara de Diputados, ahorita ellos tienen más 300 de diputados, si no mantienen esa mayoría menos podrán sacar reformas constitucionales, ahorita tienen que negociar algo”, aseveró.
En tanto el diputado Antonio Ortega Martínez, del PRD, criticó la propuesta dada a conocer este martes por el coordinador de Morena, Mario Delgado, en el sentido de que el grupo mayoritario presentará una iniciativa de reforma al Artículo 41 constitucional para reducir en 50 por ciento el presupuesto a partidos políticos.
El legislador federal planteó como contrapropuesta implementar el principio de “proporcionalidad pura”, de manera que la representación en las cámaras de diputados y de senadores sea con base en los votos obtenidos.
Sostuvo que su partido propone desaparecer las listas plurinominales de diputados y de senadores. “Esa fue una medida para tratar de equilibrar la anquilosada y torpe mayoría priista de las décadas de los 60”.
Consideró que a partir de la proporcionalidad pura “tantos votos, te corresponde tanto, y de ahí desprender prerrogativas, nuevos partidos, todas las potestades que pudieran garantizar un sistema de partidos más robusto y sano, un sistema electoral más justo y equitativo, y una sociedad con espacios de participación que hagan que las decisiones no queden solo en los partidos y en su representación”.