Si las reformas estructurales “sirven para engordar a los monopolios, entonces no cuenten con nosotros”, advirtió el presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, al afirmar que los cambios legislativos deben apoyar la restauración de las clases medias, la recuperación del salario y la reactivación del mercado interno.
“No vamos a poner la máquina de hacer reformas estructurales, la máquina de la normalidad democrática ni el esfuerzo nacional, para que los monopolios engorden” aseguró al clausurar el Taller de Competitividad, organizado por la comisión respectiva, presidida por el diputado Adolfo Orive Bellinger del PT.
El priista Arroyo Vieyra apunto que si la renta que deviene en reformas estructurales y su crecimiento “sirve para abundar las ya enormes panzas de los monopolios y los capitostes, entonces no deben contar con nosotros”, el crecimiento generado por esas modificaciones debe ir hacia una competitividad y productividad democráticas, y servir para fortalecer a las clases medias, recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, reactivar el mercado interno y depender menos de las exportaciones.
La competitividad actualmente es la palabra mágica para el desarrollo de los pueblos, ruta en que están encaminadas las reformas estructurales en México, afirmó.
“Si nosotros somos competitivos, vamos a tener una sociedad más libre, y el bienestar de los nuestros servirá para nuestra fortaleza económica. Ese es el pequeño matiz de la competitividad a la mexicana, es decir, insertarnos en los mercados globales pero viendo primero por los nuestros”, afirmó el tricolor de Guanajuato.
Arroyo Vieyra confió en que “pronto vamos a ver” a otros partidos políticos participando en las estructuras del Pacto por México, en particular cuando se observe que “no hay protagonismo ni egoísmo en llevar agua a nuestro molino” por parte de la clase política, y en esa medida sea más digna y sirva a la sociedad.
Pacto Económico y Social: PT
Por su parte, el diputado del PT Adolfo Orive Bellinger, presidente de la Comisión de Competitividad se pronunció por la necesidad de crear un consenso -pacto- económico y social donde intervengan el sector público, privado, trabajadores y especialistas, a fin de que exista una unión estratégica que permita dirigir al país.
Se requiere diseñar en México planes a cinco, diez o quince años, sin interponer colores partidistas, a fin de que haya secuencia firme y clara de qué y cómo se van a hacer las cosas, tal y como lo hacen las empresas transnacionales y lograr una economía distinta, sobre todo, competitiva.
El perredista Fernando Cuéllar Reyes detalló que se debe generar una economía de carácter social con derechos y libertades, que dé justicia, equidad y equilibrio, por lo que el Estado debe regular, conducir y orientar, pero sin excederse a una visión de control.
Urgió una nueva política industrial que sustente el mercado y lo regule, impulse a los empresarios y abra la economía hacia América Latina, al afirmar que en las últimas décadas el Estado se limitó a una visión de “dejar ser, dejar pasar”, donde se perdió el objetivo establecido en los artículos 25 y 26 constitucionales, de ser rector de la actividad económica y vigilar su respeto, concluyó.