Toneladas de alimentos, agua, medicinas, artículos de limpieza y ropa han sido recolectados por todos los mexicanos, víveres que llegan principalmente a los poblados que sufrieron los mayores daños por una tormenta que duró más de cinco días, gran parte de ellos desconectados terrestre, por lo que solamente se puede llegar a ellos vía helicóptero, por lo que la Secretaría de la Defensa Nacional es la encargada de realizar la importante labor.
Por ello El Punto Crítico presenció a las aeronaves C295M despegar con 4.5 toneladas de víveres cada una- al tope- vuela una distancia de 388 kilómetros en tan solo 60 minutos para aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Acapulco o en la Base Aérea de Pie de la Cuesta que se encuentra a 30 minutos del centro del puerto turístico.
Al llegar las toneladas de ayuda humanitaria a una tierra donde apenas comienza salir el sol y que además es azotada por el crimen organizado es repartida a los poblados como Coyuca de Benítez, Acapulco Diamante, la Preciosa y la Pintada, considerados como zona de riesgo.
Sin que les alcance a todos, los militares tienen que seleccionar cuales son los lugares de mayor prioridad donde enviar las toneladas de víveres en todos los estados del país, “por lo que cada paquete es seleccionado cuidadosamente y tratado con cuidado”, comentó el coronel, Juan Manuel García.
El militar encargado de organizar la estrategia de repartición de víveres, destacó que gran parte de lo recolectado proviene de la Base Militar de Santa Lucía y del AICM, mercancía que incluye agua, comida enlatada, cereales, jabones, cepillos de dientes y medicamentos.
A pesar de la presencia de miles de elementos del Ejército y Fuerza Área Mexicanos como de la Marina Armada de México, miembros del crimen organizado aprovechan la repartición de víveres para comercializar con ellos.
En entrevista uno de los afectados “de la Pintada” comentaron que en lugares donde “no se encuentran elementos castrenses” los criminales se han aprovechado de la población civil robándoles la ayuda humanitaria que lograron recolectar, productos que a las pocas horas son vendidos en automóviles a precios de “oro”.
Los retenes criminales son instalados en su mayoría en lugares donde el acceso solamente es vía aérea, por lo que los pobladores están a merced de los “malos”, como le llaman ellos, quienes los amenazan en ¡quitarles la vida! Que no entreguen su poca comida que les queda
En tanto, en las afueras de la base militar de Pie de la Cuesta donde hace pocos días 40 mil turistas varados en el Puerto de Acapulco esperaron durante días enteros en volver a sus hogares, personas en paupérrimas condiciones intentan obtener ayuda humanitaria para poder alimentarse debido a que la economía local se devastó por la fuerte tormenta.
Según un taxista que llevó a este reportero y a su acompañante comentó que muchas personas perdieron su trabajo debido a que la destrucción de los caminos y puentes de la zona evitaron la entrada y salida de mercancía, por lo que sin importar la clase social, “todos sufrieron de la tormenta”.
Destacó que los víveres escasearon de todos los almacenes “grandes o pequeños”, primeramente los productos perecederos que fueron comprados en grandes cantidades generando millonarias ganancias para sus vendedores.
El trabajador del volante recalcó que el jitomate lo podía encontrar hasta 90 pesos el kilogramo, cantidad imposible de pagar para personas que perdieron sus ahorros bajo el agua, por lo que muchos optaron por robar grandes comercios o tomar el fruto de las “palmeras” para tener algo que beber y comer.