El Senado de México aprobó en lo general un proyecto de reforma fiscal propuesta por el Gobierno para impulsar la débil recaudación tributaria del país, con un aumento de impuestos para quienes más ganan, uno a bebidas azucaradas y comida "chatarra", así como sobre las ganancias bursátiles.
Los senadores deberán ahora votar sobre una amplia gama de artículos reservados que la oposición quiere cambiar. Si alguna de esas reservas son aceptadas por el pleno, el proyecto debería ser devuelto a la Cámara de Diputados, que hizo varios cambios a la iniciativa que inicialmente hizo el Gobierno.
La reforma en lo general fue aprobada al filo de la medianoche con 73 votos a favor y 50 en contra.
El punto más álgido lo constituye la homologación a un 16 por ciento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que propuso el Gobierno en la zona fronteriza con Estados Unidos, que goza de una alícuota preferencial del 11 por ciento. El opositor Partido Acción Nacional (PAN) se niega rotundamente a esta medida.
El Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha puesto sobre la mesa una serie de reformas clave, entre ella la fiscal, que asegura son imprescindibles para motorizar la economía de su país, la segunda mayor de Latinoamérica.
Su iniciativa de reforma fiscal buscaba incrementar la recaudación en un 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2014, pero una serie de modificaciones hechas por legisladores la han colocado alrededor de un 1.1 por ciento del PIB.
Entre esas modificaciones estuvo desechar la aplicación del IVA a venta y alquiler de casa de habitación, intereses de hipotecas y colegiaturas.