Diputadas de las distintas fracciones, condenaron la violencia que se ejerce contra las mujeres y denunciaron que es motivo de vergüenza que aún se pretenda “sobajar a este sexo femenino, humillarla, dominarla y darle un trato inequitativo e injustificado”.
Por ello, este lunes en que se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las diputadas se unieron para demandar que se eduque con respeto hacia el género femenino, en donde se le reconozca la valía en la construcción de una sociedad moderna y justa.
Al respecto la directora de la violencia contra la mujer de la Cámara de Diputados María Isabel Velasco Ramos, se pronunció por que se promueva una cultura de igualdad de género que elimine la violencia hacia niñas y mujeres.
En tanto diputadas del grupo parlamentario del PAN rechazaron la violencia contra las mujeres y exigieron al Ejecutivo federal y los gobiernos estatales implementar acciones de prevención y procuración de justicia que permitan la disminución de este fenómeno social.
Las legisladoras panistas Carmen Pérez Camarena y Karina Labastida Sotelo aseguraron que los actores políticos deben alzar la voz contra quienes ejercen algún tipo de violencia contra el sector femenino.
Pérez Camarena dijo que: “De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2006 y 2011, que registra para el estudio de mujeres de 15 años en adelante con pareja, un 43.2 por ciento tuvieron al menos un incidente de violencia a lo largo de su relación conyugal”, precisó.
La diputada, secretaria de la Comisión de Igualdad de Género estimó que en México, el 70.3 por ciento de las mujeres no denuncia el abuso o la agresión física o sexual ejercida por el esposo, compañero o novio a lo largo de su vida en pareja.
Mientras tanto, La diputada Karina Labastida Sotelo, destacó que los datos más recientes del INEGI indican que 46 de cada 100 mujeres mayores de 15 años sufre violencia física, económica, emocional o sexual.
Además de la violencia que enfrentan en el ámbito laboral; que va desde un salario menor al que reciben los hombres por el mismo trabajo, hasta el acoso sexual, insultos y discriminación. Aunado a los riesgos a que están expuestas todos los días en las calles y el transporte público, dijo.
En tanto, María Isabel Velasco Ramos, directora del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG), resaltó la importancia de promover entre niños y niñas una educación que impulse la igualdad de género, para eliminar la violencia contra la mujer.
Añadió que el derecho a una vida sin violencia es una garantía con la que se nace, no una concesión que se esté otorgando, “pero a veces por cuestiones de cultura no lo asumimos como tal”.
Se pronunció porque en ámbitos educativos y culturales se promueva la formación tanto de niñas como niños libre de distinciones y estereotipos que benefician al sexo masculino y propiciar la indefensión de la mujer.
Señaló que muchas veces, son las mismas mujeres, quienes repiten patrones de conducta y “hacemos mucha diferencia entre cómo educan a una mujer y un varón”, estableciendo “gran abismo en educación”.
Como se recordará el 25 de noviembre fue instaurado en 1999 por la Organización de Naciones Unidas (ONU), como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para conmemorar a las hermanas Mirabal, activistas políticas asesinadas en 1960 por oponerse a la dictadura del gobernante dominicano Rafael Trujillo.
Al respecto María Isabel Velasco Ramos explicó que cada vez hay más mujeres que han destacado en todos los ámbitos en México, por lo que es necesario procurar e impulsar la erradicación de cualquier tipo de violencia - emocional, física, intelectual, psicológica- que afecte su desarrollo y desempeño.
La investigadora independiente en temas de género, Yazmín González López, señaló que el 90 por ciento de las agresiones en pareja ocurren por parte de hombres hacia mujeres y destacó que esas acciones ocurren por aprendizaje desde la familia.
Afirmó que las familias mexicanas aún conservan costumbres “machistas” de desprecio hacia las mujeres, inculcando que el pertenecer al sexo femenino, es un escalafón menor respecto al masculino.