El Instituto Federal Electoral (IFE) murió por no demostrarle a los mexicanos que “puede realizar elecciones confiables”, afirman diputados al aprobar la reforma político-electoral que pretende sustituirlo con la creación del Instituto Nacional Electoral (INE).
Actualmente, el sistema electoral mexicano se integra por un subsistema nacional (federal) y por 32 subsistemas en las entidades federativas que, grosso modo, reproducen en su ámbito las normas, instituciones y prácticas del subsistema federal.
En materia de normas jurídicas el sistema se rige por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; las leyes electorales federales el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales y la Ley General de Medios de Impugnación en Materia Electoral; 31 constituciones estatales y el Estatuto de 2 Gobierno del DF; 32 leyes electorales locales y ordenamientos diversos que regulan la jurisdicción electoral a nivel local.
Sin embargo, la nueva enmienda constitucional llevará al Instituto Federal Electoral a asumir la responsabilidad total en la materia de Registro de Electores, convirtiéndose en autoridad única en la materia por la norma constitucional, la ley secundaria establecería las reglas de coordinación entre el IFE y los 32 institutos locales teniendo el control absoluto.
Según los defensores de la creación del INE, después de más de dos décadas de reformas en la materia, el sistema electoral mexicano ha llegado a un punto en el que es necesaria la reflexión sobre sus costos.
Aunque en términos generales se alcanzó un alto grado de homogeneidad formal en las normas e instituciones electorales, las prácticas distan de ser homogéneas con la toma de decisiones unilaterales.
Los costos más negativos se localizan en el desmedido crecimiento de las burocracias electorales, que encarecen la aplicación de la democracia, la fragmentación del sistema electoral en 32 subsistemas electorales, que coexisten con el subsistema federal y repiten.
También, afecta la diversidad de soluciones, plazos y formalidades para un mismo tema en el sistema electoral, cuya expresión se encuentra más en sus prácticas que en su normatividad, en cambio, la judicialización de los procesos electorales locales cuyos casos más importantes son resueltos, en última instancia, por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
Ventajas y desventaja del INE
Según expertos, la ventaja de un sistema nacional es la creación de una autoridad electoral nacional que con llevaría economías de escala en la administración de las elecciones pues desaparecerían las autoridades administrativas locales (es decir, estatales y del Distrito Federal), y permitiría concentrar las adquisiciones y la contratación de servicios en materia electoral; también y quizá más importante la autoridad nacional electoral brindaría a los partidos y candidatos garantías de imparcialidad y objetividad en su desempeño que, a juicio de los autores de la propuesta, los organismos electorales locales no otorgan en la actualidad
Sin embargo, el principal inconveniente de la propuesta es que representa una distorsión del el principio federalista que rige el Estado mexicano pues los órganos de las entidades federativas no tendrían participación en la organización de las elecciones locales.
Lo anterior contradice el texto de la Constitución General (Artículo 40), en la que se define a México como una República federal integrada por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior.
Adicionalmente el acuerdo político del “pacto por México “no está acompañado de una propuesta de reforma la organización y competencia de la justicia electoral respecto de los comicios locales pues se propone suprimir los organismos electorales administrativos pero no los jurisdiccionales; de no preverse una reforma al respecto, la autoridad “nacional” o federal, en rigor estaría sujeta al control jurisdiccional de los tribunales electorales de las entidades federativas cuando actúe en los comicios locales.