Parlamentarios de Asia-Pacífico analizaron el avance de la región en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para, entre otros puntos, reducir la pobreza extrema, frenar la propagación del SIDA y garantizar el acceso a la educación.
En su turno, el senador Alejandro Encinas Rodríguez reconoció que a nivel mundial existe “una gran movilización por alcanzar las metas económicas, sociales y ambientales para el desarrollo y la cooperación global”, pero advirtió que se mantienen vigentes la mayor parte de las tendencias que condujeron a la crisis del 2008-2009.
Dijo que “las restricciones estructurales siguen anclando el progreso de los objetivos sociales, que se han convertido en la tarea más difícil de lograr ante la falta de convergencia de los mecanismos de coordinación comercial, financiera y tecnológica y que deberían de estar puestos al servicio de los objetivos del milenio y no al margen de éstos”.
Se trata, agregó, de que el sistema comercial sea más favorable para el crecimiento económico de los países pobres y de ingreso medio y que “el sistema financiero facilite y premie las inversiones directas, en lugar de propiciar movimientos especulativos que castigan la estabilidad nacional”.
Además, enfatizó, se requiere que la añeja meta, de que los países desarrollados destinen el 0.7 por ciento de su producto nacional a la cooperación con las naciones en desarrollo, por fin se realice y que la colaboración en ciencia, tecnología e información se vincule en el conjunto de los objetivos planteados.
“Este, a nuestro juicio, es el núcleo duro de la nueva agenda del desarrollo y lo ha sido de todos los esfuerzos globales de las últimas décadas, por lo que su avance dependerá no sólo de los ritmos de crecimiento económico, sino, sobre todo, de la reducción de la desigualdad global y nacional”.
Pero para ello, es indispensable “una profunda reforma del propio sistema multilateral”, pues se ha hecho patente la debilidad de los organismos de la Naciones Unidas para sacar adelante sus agendas, su falta de liderazgo, la insuficiencia de financiamiento y la complejidad de los mecanismos de operación.
Por su parte, el senador priista José Ascención Orihuela Bárcenas, quien moderó esta mesa de análisis, afirmó que en México, 38 de los 51 indicadores que se agrupan en los objetivos “ya se han cumplido, lo que representa el 75 por ciento de avance”.
“Esperamos --expresó--, que con las acciones del presidente Enrique Peña Nieto, del Gobierno Federal, para 2015 estaremos cubriendo el 85 por ciento de las metas”.
Daniel Lumbantobing, de Indonesia, manifestó que “la asistencia internacional para el desarrollo debe utilizarse de acuerdo las necesidades de los países y no asociarse sólo con la creación de oportunidades de empleo”.
Destacó que en la región se han registrado avances en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, pues desde 2002 se redujo la pobreza, se ha promovido la igualdad de género, la disminución del VIH-SIDA y la tuberculosis, pero existen distintos retos como el cambio climático, la seguridad energética y alimentaria, así como el problema de la inequidad social.
Por su parte, el chileno Marco Antonio Núñez instó a los parlamentarios a duplicar los esfuerzos para cumplir con los compromisos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015, así como en su “supervisión estricta”.
En tanto, en la mesa relativa a las mejores prácticas de la diplomacia parlamentaria, el diputado mexicano Alfonso Insunza Montoya resaltó la necesidad de “responder con imaginación y oportunidad a los retos del desarrollo y el bienestar de las sociedades”.
Para ello, consideró, se requieren nuevos instrumentos de comunicación entre gobiernos, parlamentos y diversos actores de las organizaciones civiles.