A fin de reducir al máximo los factores de riesgo que provocan el desamparo de los menores de 23 años de edad en orfandad, se propuso elevar a rango constitucional el programa federal Seguro de vida para jefas de familia.
En una iniciativa de reforma al Artículo 4 Constitucional la diputada Francisca Elena Corrales expuso que ese derecho permitiría proteger, en caso de fallecimiento de la madre, a los hijos de 2.5 millones de mujeres afiliadas, hasta que terminen su educación superior.
La presidenta de la Comisión Especial de Participación Ciudadana expuso que al no contar con recursos suficiente, muchos menores de edad son obligados a abandonar la escuela.
Ello, agregó, ha originado que casi cuatro millones de niños y niñas de entre cinco y 15 años de edad deambulen por las calles expuestos a las drogas y a la delincuencia.
Ante tal panorama, la reforma plantea que el Estado garantice un seguro de vida para madres jefas de familia, con un rango de edad de entre 12 y 59 años.
La propuesta prevé una transferencia bimestral de 10 salarios mínimos para los hijos en orfandad inscritos en preescolar, 15 para primaria, 22 para secundaria, 30 para nivel medio superior y hasta 60 salarios mínimos para quienes tengan hasta 23 años y estudien el nivel superior.
Corrales Corrales refirió que según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 63 de cada 100 hogares son encabezados por mujeres de entre 30 y 59 años; 9.5 por ciento, de entre 12 y 29 años, y 26.9 por ciento, por mayores de 60 años.
Agregó que 97.9 por ciento de los hogares encabezados por mujeres carece de cónyuge. Alrededor de 47.6 por ciento son viudas, 22.3 por ciento separadas y divorciadas, 16.3 por ciento son solteras.
Además, indicó que de cada 10 mujeres mexicanas que laboran, cuatro son jefas de familia, y representan 40 por ciento de la fuerza laboral de México.
El 59 por ciento de las jefas de familia son asalariadas. Sin embargo, el porcentaje de quienes trabajan por su cuenta es importante, pues llega al 41 por ciento, abundó.
La legisladora priista advirtió que hay una correlación entre la jefatura femenina en el hogar y el nivel de pobreza, debido a que tienen menos acceso a empleos bien remunerados y recursos productivos, por sus límites de tiempo y movilidad.