Jucutacato, Tenencia de Uruapan, Mich.- “Vamos a limpiar Morelia de templarios, capaz que allá los protegen” prometió Jesús Bucio Contreras, quien es uno de los coordinadores de los grupos de autodefensa en Michoacán.
En entrevista para El Punto Crítico en la barricada que colocaron hace algunos días sobre la calle Guadalupe Victoria en la entrada que conduce al centro de Jucutacato, ubicada a unos tres kilómetros de distancia de la cabecera municipal de Uruapan, deja en claro que la idea del grupo armado es llegar a los 113 municipios del estado, hasta que queden limpios de “criminales”.
En su rostro hay nerviosismo y desconfianza, al igual que en los hombres armados que andan en “la bola” y con tono suave y pausado, el productor aguacatero advierte que el gobierno de Enrique Peña Nieto se tardó para comenzar a combatir a Los Caballeros Templarios, y Felipe Calderón de plano no quiso opinar.
Hay tensión. En el cerro que está frente a la barricada se esconden algunos de los “malos”, quienes están armados y listos para tirotear a los jóvenes que están en la barricada hechas con costales de arena.
Bucio Contreras afirma que los Caballeros Templarios se debilitaron desde que se les dejó de pagar la cuota que a todo mundo le cobraban y su cara se pone seria cuando se le pregunta:
¿Es verdad que los financia el cártel de Jalisco Nueva Generación?
Y responde mirando fijamente a este corresponsal:
-----Eso mentira…eso lo dicen para descreditarnos. Nosotros somos gente de paz, no queremos otra cosa más que Michoacán sea seguro para su gente. Confiamos en el gobierno federal y estatal.
Y abunda: “a mí me estorba un arma, prefiero una guadaña. El día que agarren a las principales cabezas de los malos, ese día nos retiramos a nuestros pueblos a trabajar”.
El jefe comunitario originario de Turicato agudo señala: “Los Templarios son unos collones, no son valientes, se la pasan huyendo”.
Indicó que seguirán avanzando a otros municipios, pero rechazó revelar cuál será el próximo y con una leve sonrisa enfatiza: “no puedo decir a donde vamos porque me tuercen el pescuezo”.
Los jóvenes portan armas de grueso calibre. Observan, escuchan, caminan de un lado para otro, y están atentos al cerro donde se esconden Templarios
Bucio Contreras refiere que una vez que termine todo, los inmuebles decomisados a “los malos” , se podrían donar para construir escuelas, talleres de oficio o guarderías.
Recuerda con melancolía que una de sus hijas fue “levantada” y por su liberación pagó 11 millones de pesos, para lo cual tuvo que vender algunas propiedades y aseguró que por una muchacha, el papá tuvo que pagar ocho millones de pesos, sin embargo la joven fue asesinada.
El 16 de noviembre del año pasado, la gente del municipio de Turicato se levantó en armas con el apoyo de las autodefensas de Tierra Caliente. Entre los policías comunitarios hay varios jóvenes ex Templarios, a quienes se les pone especial atención.
Los habitantes de este lugar los ven con buenos ojos, tan es así que una mujer les lleva de comer fríjoles de la olla y carne. Otros le dan naranjas y refrescos.
LAS HUELLAS DE LAS REFRIEGAS
Raúl Vidal es un joven de Turicato que se animó a ingresar a los grupos de autodefensa. Su cara es morena, alto, delgado, con ojos vivaces. Usa un chaleco antibalas. En la cintura porta una pistola escuadra, y en el hombro un rifle de alto poder.
En el costado izquierdo aún está fresca la herida que le produjo un balazo el pasado 8 de diciembre, durante una emboscada de los Templarios.
Recuerda que “los malos” comenzaron a cortar cabezas y a descuartizar personas, pero lo hacían para infundir miedo a la población y obligarlos a pagar las extorsiones.
Añade que su papá es dueño de una huerta de aguacate donde trabaja y confía que algún día pueda tener la propia y destaca que “ha sido por Dios que no nos han matado”.
En los ojos de todos ellos se denota el cansancio y las desveladas y con bromas tratan de hacer más amable y divertida su lucha contra los “mafiosos” .
En una huerta de aguacate situada frente a la barricada, se hayan dos camionetas blancas que les fueron aseguradas a Los Templarios.
EX TEMPLARIOS
Son tres ex halcones Templarios que se sumaron a las autodefensas y ahora combaten a sus ex patrones. Andrés y Jorge, son casi unos niños…..pero ya saben usar un cuerno de chivo o una escuadra.
A un tío y hermano de Jorge, los Templarios se los llevaron y los asesinaron. Él fue obligado a meterse a la organización criminan, donde estuvo un mes.
Su hermano se llamaba Alejandro y cuando le quitaron la vida tenía 15 años de edad, comenta y abunda que no le da miedo, “por eso ando aquí”.
Andrés fungía como” halcón o punta” de Los Caballeros Templarios y permaneció con ellos dos meses y rememora que con la organización ganaba dos mil pesos semanales y recuerda las golpizas que les daban, incluso “nos chicoteaban”.
“SI ME TOCA UNA BALA YA ESTABA ESCRITO”
Jaime es fornido, ojos redondos, bigote negro y es oriundo de Turicato. Con una tremendas ganas de hablar del movimiento, desmenuza que su historia en grupos de autodefensa y reconoce que sí le da miedo, pero se lo aguanta.
“Si me toca una bala ya estaba escrito”, lanza y asevera: “cada muerte de compañero es un luto que llevamos en el alma. He visto morir a algunos de ellos. Me da mucha tristeza y he llorado”, recuerda con voz lenta y llena de desconsuelo.
Tiene 30 años de edad, es casado, con tres hijos y con una madre y hermanos a lo que tienen que sacar adelante. En el brazo cuelga un arma larga y manifiesta que es un hombre de paz, que no sabía usar armas pero la necesidad lo hizo que aprendiera.
“Se me parte el alma pasar las noches sin ella (esposa), y sin mis hijos y matiza que Dios usó su filosofía para salvar el mundo.
Sentado pero con el fusil entre las manos, agrega que todos los días en la mañana reza y se encomiendo a Dios…que se haga su voluntad.
De pronto mete su mano a una bolsa, y sustrae un pequeño Rosario, sus ojos lo ven fijamente, alza la voz y suelta: “quiero un Michoacán mejor para toda mi gente”.