Probablemente este mes de junio el avión presidencial de más de dos décadas “Presidente Juárez” o TP01 pasará a ser pieza de museo para ser sustituido por el Boeing 787 Dreamliner que le costará a todos los mexicanos siete mil millones de pesos, informaron fuentes de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Después de que Presidencia de la República confirmara que a finales del presente mes uno de los aviones más modernos del mundo será entregado a su propietario, el primer mandatario de la nación; por ello El Punto Crítico investigó los detalles de la compra de la aeronave que comenzó el sexenio anterior.
Según funcionarios consultados, la imponente aeronave será entregada a representantes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la SCT la última semana de junio en la ciudad de Seattle, Washington, USA, lugar donde se encuentran los talleres de Boeing.
Para lo anterior las dependencias antes mencionadas solicitaron en el año 2012 al Congreso de la Unión un presupuesto de 10 mil millones de pesos para la construcción del nuevo avión, sin embargo se le pagó primeramente a la empresa estadunidense 5 mil millones de pesos, para liquidar los 2 mil millones restantes al momento de la entrega.
Sin precisar porque escoger un avión de 600 millones de pesos, la SCT remarcó que Boeing fue la única empresa que pudo demostrar construir una avión “digno para un mandatario mexicano” al menor costo, por lo que del presupuesto original sobraron 3 mil millones de pesos los cuales se utilizaron para la renovación del hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Para comparar la magnitud del costo del avión presidencial con otros similares, El Punto Crítico da a conocer que el de la presidenta brasileña vale 741 millones de pesos, el de Venezuela 845 millones mientras que el de Estados Unidos considerado como el más avanzado del mundo 3 mil 900 millones.
Sin embargo las fuentes de la SCT explicaron que el costo del nuevo avión presidencial “ no se refiere a un nuevo avión”, si no a la adquisición de una flota completa la cual “ no dieron a conocer por cuestiones de seguridad”, sin embargo se anunciará en su momento.
Cabe recordar que la flota de helicópteros y aeronaves que están a disposición del ejecutivo federal tiene más de 25 años de existencia, aparatos que fueron adquiridos por el gobierno de Miguel de la Madrid, provocando en los últimos años la muerte de funcionarios como la de los secretarios de Gobernación, Juan Camilo Muriño y Francisco Blake Mora.
Excesivo lujo, avión presidencial
El mes de agosto del 2013, Aeroméxico recibió su primer Boeing 787 Dreamliner tras atrasarse su producción por problemas técnicos durante su fabricación, sin embargo, aún así el presidente Enrique Peña Nieto lo estrenará este mes de junio.
Cabe recordar que el expresidente, Felipe Calderón Hinojosa, solicitó renovar el descontinuado B-757 que ha transportado a presidentes mexicanos desde hace más de 25 años, por lo que se prevé que la nueva aeronave de 7 mil millones de pesos se encuentre lista, aunque su precio de fábrica es de 250 millones de dólares.
Además, el gobierno mexicano gastará 500 millones de dólares extras al precio pagado para labores de mantenimiento del avión durante los próximos 20 años; el Punto Crítico le da a conocer los detalles de uno de los aparatos voladores más impresionantes que se han construido en la historia de la humanidad.
El 787 Dreamliner presidencial fue armado por la empresa Boeing en su fábrica de Everett, Seattle, considerada como el complejo industrial más grande del mundo el cual es comparable a siete campos de futbol entrelazados; también es una de las más tecnologizadas.
Según la empresa estadunidense el 787 Dreamliner es el “avión del siglo 21” , debido a que cuenta con sistemas de alta tecnología, navegación y seguridad para que el primer mandatario pueda viajar a otros países sin la necesidad de recargar combustible.
La cabina de la aeronave cuenta con los últimos sistemas de radio comunicación y navegación que puede comunicarse en pleno vuelo con cualquier terminal aérea en el mundo, mismos que son digitales controlados por la computadora de la aeronave evitando la manipulación humana.
También tiene integrada un administrador de “plan de vuelo” totalmente digitalizado que le ayudará a los pilotos a seguir la ruta más adecuada y predecir los peligros que puedan enfrentarse como son cambios de temperatura, fallas mecánicas o situación de emergencia con los pasajeros.
El nuevo avión presidencial tiene dos motores ahorradores de energía que fueron fabricados por General Electric , máquinas consideradas como las más avanzadas de su tipo que tienen la capacidad de reducir las emisiones contaminantes.
La coraza del 787 es una combinación de aluminio y fibra de carbono que le da al avión más ligereza y mayor aerodinamismo lo que le permitirá ahorrar grandes cantidades de combustible, es decir, podría cubrir una ruta México- Japón sin aterrizar.
Su fuselaje se divide en seis segmentos perfectamente equilibrados que le permite al avión distribuir su peso de la mejor manera posible, estos se encuentran unidos conforme a la presión de las piezas y no con soldadura como ocurre en los aviones comunes.
También el 787 privilegia el aerodinamismo del avión que por su forma radial puede utilizar las corrientes del viento para impulsarse y ayudar a los motores a no sobrecargarse, permitiendo que los mismos ahorren combustible.
En el caso de los interiores del avión, la empresa Boeing asegura que el pasajero que “lo pruebe” vivirá una experiencia inolvidable, por lo que su cabina tiene iluminación con focos tipo led, la cual puede ajustarse a diferentes tipos de intensidades y colores.
Sus ventanas son 30 por ciento más grandes que la de un avión tradicional, además su vidrio tienen una capa plástica que regula la intensidad que entra de luz al avión por cada pasajero. También cuenta con guardaequipaje de 61 centímetros de profundidad.
Para proteger la salud de los pasajeros el 787 tiene la capacidad de convertir el dióxido de carbono en oxígeno con un proceso de alta tecnología que por medio de ozono remueve cualquier impureza en el aire.
Se destaca que la moderna aeronave tiene un sistema que disminuye la turbulencia, el cual por medio de cálculos computarizados distribuye el peso del aparato de manera uniforme evitando severos movimientos que puedan poner en peligro la seguridad de los usuarios.
Por lo anterior el presidente Enrique Peña Nieto podrá tener un avión “digno” para el representante de una nación, sin embargo cuando la empresa Boeing se lo entregue al Gobierno Mexicano los mexicanos pagaremos varios millones de dólares para su mantenimiento.
El que se va…..
Se pensaría que, tras casi cinco sexenios en servicio, el Benito Juárez se encuentra en condiciones de cambio. Por el contrario, esta aeronave presidencial es considerada la mejor en toda América Latina.
El avión está certificado para volar por instrumentos bajo cualquier condición atmosférica, tiene una autonomia de casi once horas de vuelo, y puede recorrer nueve mil kilómetros por tanque a velocidad de crucero. Al interior, el Benito Juárez tiene espacio para 66 pasajeros y 15 miembros de la tripulación. Al centro de la nave se localiza un área reservada para el Presidente, la cual incluye una oficina, una recámara y un baño completo.
De acuerdo con los expertos en aeronáutica, la vida promedio de un avión oscila entre los 30 y 40 años, por lo que el Benito Juárez se encuentra en su vida media. Además, debido a que pasa bastante tiempo en hangar –contrario, por ejemplo, a los aviones presidenciales de Argentina y Chile, estacionados a la intemperie–, el desgaste que tiene es relativamente mínimo. No obstante, tampoco ha estado exento de incidentes.
El 8 de febrero de 2008, el Benito Juárez se tambaleó antes de aterrizar en Nueva York, por lo que el piloto tuvo que balancear el avión para evitar que se dirigiera hacia los pastizales del aeropuerto de Newark.