Sobre decisiones trascendentales: nuestros jóvenes y sus retos personales

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Actualmente, en México existen más de 29 millones de jóvenes, lo que representa 25% de la población total. El papel que desempeñan en el desarrollo social y económico del país es muy importante y, si como sociedad les brindamos una orientación adecuada y oportunidades en áreas como educación, salud, empleo y recreación, los jóvenes podrán transitar a la edad adulta con mayores y mejores recursos para contribuir significativamente al avance de nuestro país

Desde 1999 cada 12 de agosto recordamos, celebramos y dedicamos el día a los jóvenes: es el Día Internacional de la Juventud. La Organización de Naciones Unidas (ONU) dedica el día para dar a conocer y trabajar en asuntos pendientes a fin de garantizar una vida plena, presente y futura, para los jóvenes en todo el mundo.

En 2014 la conmemoración se dedicará a la salud mental de los jóvenes, especialmente para aquellos que viven con padecimientos relacionados con ella. Como señala la ONU, los jóvenes con problemas de salud mental son a menudo estigmatizados y discriminados, y ello casi siempre significa exclusión y auto-marginación.

Ver a mis hijos, sobrinas y sobrinos crecer me hace recordar mi adolescencia y años de temprana juventud ¡es una época confusa y, en ocasiones, difícil! Quisiera que estos años los vivan con alegría, ilusiones y deseos de construirse, y que se sientan siempre cobijados e impulsados por un entorno alegre, comprensivo y de confianza.

De tanto en tanto todos deberíamos rememorar qué se siente, que se vive, qué se duda al ser joven: hay cambios físicos, emociones descontroladas, decisiones relevantes, duda, miedo, enojo, rebeldía y, también, baile y alegría.

Todo ello confunde a adolescentes, jóvenes, familias y amigos sobre las reacciones normales y, sobre todo, constructivas o no, durante el desarrollo de los jóvenes. El stress de tantos cambios -biológicos y vivenciales- es, en la mayoría, un proceso ineludible, pero relativamente sano. Otras veces, sin embargo, oscurece nuestro entendimiento sobre padecimientos que no son culpa de nadie, pero que es urgente atender.

No soy médico, lo aclaro, pero sí me he involucrado mucho tiempo con el trabajo a favor de los jóvenes: conozco muchas de sus historias, temores y reacciones. Hablo mucho con ellos; me han platicado a menudo sobre sus vidas. Ahora, en el marco del año internacional por la salud mental de los jóvenes, he leído a muchos especialistas.

Sentirse solo o preocupado es normal. Aislarse, sentir que no hay esperanza, tener comportamientos obsesivos y destructivos -como consumir alcohol o drogas de manera descontrolada, hacer dietas no supervisadas o realizar ejercicio extenuante-, sufrir ataques de ira o cambios repentinos y frecuentes de humor, destruir objetos o pensar que nada en nosotros es valioso no es sano. Todo ello puede ser síntoma de problemas graves, pero que se pueden tratar.

Como adolescente y joven debes saber que vives una de las etapas más conflictivas y difíciles, pero también una que debes construir como espacio de alegría. Es una época en la que tus reacciones, comportamientos y decisiones impactarán muchos años más. ¡Aprovéchalos! Nada se construye de un día para otro. ¡Tú tienes varios años más, muchas oportunidades más! Habla, platica, pide, trabaja, infórmate.

Un abrazo a todos los adolescentes y jóvenes de México.

* Senador por Yucatán. Secretario de las comisiones de Juventud y Deporte, de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico y del Instituto Belisario Domínguez; integrante de las comisiones de Turismo, Reforma Agraria y Bicamaral del Canal del Congreso.

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