Entre enero y junio de 2014 se cometieron nueve mil 49 delitos dolosos y nueve mil 692 culposos, lo que da un total de 18 mil 741, delitos en la cual muchos padres familias mexicanas perdieron a sus seres queridos, de los cuales la mayoría no fue considerados como delitos graves.
Por tal motivo, y para hacer justicia a padres, madres y familiares que pierden a seres queridos por negligencia, imprudencia, impericia o inobservancia de reglamentos o deberes de otras personas, la diputada Verónica Juárez Piña propuso reformar el Código Penal Federal y el Código Federal de Procedimientos Penales a fin de tipificar como delito grave al homicidio culposo cuando, al cometerse en agravio de dos o más personas, se pudo prever y evitar.
Lo anterior porque muchos homicidios culposos deben considerarse graves, pues aun cuando no se busca la muerte de alguien, finalmente se provoca este hecho irreparable y con ello se atenta contra el más importante de todos los derechos humanos.
Por todo lo anterior los legisladores deben reconocer que esta iniciativa tiene tras de sí una larga historia y una lucha incansable de padres, madres y familiares que han perdido a sus seres queridos por imprudencia o negligencia de otras personas.
Para tal efecto y a través de una iniciativa presentada al Congreso de la Unión, la legisladora perredista recordó que el homicidio culposo, a diferencia del doloso, no busca en sí mismo privar de la vida a otro ser humano y, aunque finalmente lo da como resultado, ello se debe a la selección defectuosa de medios y acciones.
En la actualidad el homicidio culposo tiene un castigo menor a la del homicidio doloso en el actual Código Penal Federal.
Sin embargo, para la presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez, el homicidio doloso también debería ser considerado grave cuando se comete contra dos o más personas, pero pudo haberse previsto y evitado si quienes, al tener la obligación de resguardar la integridad de las víctimas, no lo hicieron y actuaron con imprudencia y negligencia o simplemente omitieron medidas de seguridad.
Citó numerosos casos de tragedias provocadas por esta imprudencia y negligencia. Algunas acontecieron durante espectáculos al aire libre; otras, en lugares cerrados -como teatros, oficinas, escuelas y estancias infantiles- o bien durante la conducción de algún automotor.
Uno de estos casos –refirió Juárez Piña- se registró el 5 de junio de 2009, en Hermosillo, Sonora, en el que por distintas acciones y omisiones, 49 niñas y niños fallecieron y 76 resultaron heridos -todos de entre cinco meses y cinco años de edad- al arder en llamas la guardería ABC.
A tres años de ésta que es considerada la peor tragedia contra la niñez mexicana, sólo funcionarios menores han sido imputados penalmente por el delito de homicidio culposo, pero ninguno está encarcelado.
Han sucedido muchos casos más de negligencia, como la de organizadores de espectáculos, encargados de establecimientos, autoridades que otorgan permisos de funcionamiento a éstos y conductores de vehículos, quienes con frecuencia omiten las medidas de seguridad pertinentes.
Como el caso del concierto celebrado de madrugada en Ecatepec, Estado de México -donde se suscitó una estampida y tres personas perdieron la vida- y “accidentes” de tránsito ocasionadas por choferes que, bajo los efectos de bebidas alcohólicas, estupefacientes, psicotrópicos o sustancias con efectos similares e injeridas voluntariamente, provocaron desastres trágicos.
Su propuesta contempla incluir, en un nuevo artículo 309 Bis del Código Penal Federal, una sanción de seis a 20 años de prisión, y reformar el numeral 1) de la fracción I del artículo 194 del Código Federal de Procedimientos Penales para calificar como grave el homicidio culposo en ciertos casos.