El proyecto del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), con un costo de más de 160 mil millones de pesos, empezará a construirse en el lecho del Lago de Texcoco a partir del mes de octubre, sin haberse presentado públicamente el estudio de impacto ambiental que realizaron las autoridades, afirmó el director del Centro Mexicano del Derecho Ambiental, Gustavo Alanís.
En entrevista telefónica, el representante de la organización social expresó preocupación porque el gobierno mexicano “aún no ha presentado a detalle” los estudios que sustenten que la terminal aérea de 4 mil 600 hectáreas no afectará la biodiversidad de la zona oriente del Valle de México.
“Nosotros los mexicanos necesitamos conocer que el nuevo aeropuerto no afectará al medio ambiente de la zona oriente de la capital”, indicó.
Por lo anterior, Alanís remarcó la importancia de que la ciudadanía y las autoridades discutan las ventajas y desventajas de instalar el aeropuerto Benito Juárez nuevamente cerca de la zona urbana de la capital, antes de que comiencen formalmente las obras.
“Nos merecemos que las autoridades nos expliquen los beneficios del aeropuerto y sepamos el impacto que ocasionará su construcción a corto, mediano y largo plazos”, indicó.
En exclusiva para “El Punto Crítico”, el también académico destacó que para su organización existen importantes preocupaciones que las autoridades necesitan disipar en relación al impacto económico, ambiental y social tendrá la zona que tendrá que modificarse en menos de una década.
Primeramente remarcó la duda sobre el futuro de las especies que habitan en el lecho del lago de Texcoco, muchas de las cuales son aves migratorias que desde hace milenios han engendrado en el lugar, afirmando que el gobierno debe asegurar su conservación.
“En el lecho de lago de Texcoco existen miles de aves migratorias que se han reproducido en el sitio donde estará el aeropuerto, por lo que espero que las autoridades aseguren la conservación de las especies”, comentó.
En segundo lugar, recordó que los aviones al momento de despegar vuelan a baja altura, abriendo la posibilidad de que aves de gran tamaño se introduzcan en las turbinas, poniendo en peligro a los pasajeros de las aeronaves que transitan por el espacio aéreo.
Como tercer punto reiteró que el Valle de México es una “zona sísmica” por excelencia, dificultando la construcción de obras monumentales, por lo que le pide a los directores del proyecto que presenten a la ciudadanía como garantizarán la seguridad del aeropuerto, pistas y los edificios alrededor.
También manifestó como cuarto punto el peligro que representa el volcán Popocatépetl cuyas cenizas llegarían al aeropuerto debido a que es la ruta del viento “corrientes climáticas” que oxigena a la capital de la República disipando los contaminantes, misma que pudiera interferirse por los cambios al ecosistema.
Otro tema que puso sobre la mesa es la fragilidad del suelo de la zona la cual “actualmente” se inunda debido a que forma parte del lago de Texcoco, por lo que dijo dudar de la calidad del suelo donde el aeropuerto se construirá.
Finalmente, le pidió al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que explique a detalle los avances tecnológicos que se utilizarán para reverdecer el lecho del lago de Texcoco cuyo suelo se ha visto mermado por la desecación, contaminación y las construcciones ilegales existentes.
“Aún el gobierno mexicano no nos ha mostrado un estudio de impacto ambiental que disipe las dudas sobre las construcción del aeropuerto”, dijo.
También le comentó a este reportero que “sería una mentira” si dichos estudios indican que la biodiversidad de la zona “no resultará afectada”, pero remarcó que lo que se puede saber es en qué grado lo hará.
Finalmente, volvió a invitar a las autoridades a participar en un Observatorio Ciudadano para que le expliquen a la ciudadanía los beneficios del nuevo aeropuerto, así como los problemas que ocasionará.