Para resolver y garantizar el abasto del vital líquido en el Valle de México, optimizar su uso y erradicar el desperdicio del 41 por ciento del recurso, diputados de la Comisión de Agua Potable y Saneamiento urgieron a modificar la política hídrica con la participación de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y los ciudadanos.
Para tal efecto, la instancia legislativa, presidida por el diputado Kamel Athie Flores (PRI), se comprometió a gestionar recursos suficientes para el sector hidráulico en el presupuesto de 2015, en virtud de que la propuesta entregada a la Cámara de Diputados por el Ejecutivo federal no reúne las características para impulsarlo en el marco de la nueva Ley General de Aguas que se procesa.
Por su parte titulares del Sistema de Aguas de la Ciudad de México y del organismo Cuenca Aguas del Valle de México, Ramón Aguirre Díaz y Fernando González Cañez, respectivamente, manifestaron preocupación porque en el presupuesto del próximo año sólo se aplica un aumento real de 1.4 por ciento, equivalente a menos de mil millones, sumando alrededor de 19 mil millones de pesos.
Athie Flores sostuvo que la propuesta de incremento “es inaceptable, porque se equipara al monto del presente año. Se requiere que las autoridades pongan más atención al tema del agua, porque es de seguridad nacional”, afirmó.
Se gestionará con los grupos parlamentarios conceder más recursos a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), indicó. “Desde esta comisión haremos una trinchera para exigir a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público otorguen mayores recursos”, garantizó.
Destacó la importancia de estas reuniones, en donde los funcionarios exponen las necesidades y proyecciones sobre la captación y distribución del agua potable y el saneamiento en la zona metropolitana más grande del país, conformada por la Ciudad de México y 58 municipios de los estados de México e Hidalgo.
“Los organismos encargados de dotar el recurso al Valle de México no tienen un presupuesto suficiente ni siquiera para conservar la infraestructura que ya existe, la cual tiene una antigüedad de entre 50 a 70 años; está dañada y deben reponerse redes primarias y secundarias de distribución, que es donde se detecta el 40 por ciento de las fugas e irremediablemente se pierde”, comentó.