Orientación sobre ébola a mexicanos en puerto de Galveston

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La Secretaría de Relaciones Exteriores notificó que el Consulado General de México en Houston, Texas, concluyó este domingo un protocolo de comunicación y asistencia en el puerto de Galveston, ante la posible presencia de personas de nacionalidad mexicana a bordo del crucero “Carnival Magic”, donde viajó una mujer sospechosa de haber estado en

contacto con el virus del ébola.

No obstante que la mujer dio negativo a la enfermedad, personal consular estuvo atento a solicitudes de orientación e hizo entrega de material informativo elaborado por la Secretaría de Salud, sobre las precauciones a seguir para viajeros respecto al virus del Ébola.

De acuerdo con la Cancillería, en coordinación con autoridades portuarias, migratorias y sanitarias estadounidenses, desde las 07:00 horas de este domingo se instaló una mesa en la terminal 1 del puerto, en la que funcionarios consulares proporcionaron información a un grupo de aproximadamente 30 nacionales mexicanos.

El personal consular estuvo atento a solicitudes de orientación e hizo entrega de material informativo elaborado por la Secretaría de Salud, sobre las precauciones a seguir para viajeros respecto al virus del ébola.

De igual forma, autoridades sanitarias estadounidenses del Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), informaron a los pasajeros que no requieren atención adicional en este momento.

"Por la mañana concluyó el desembarque y las tareas informativas del Consulado General de México en el puerto, mismas que se insertan en el marco de la coordinación interinstitucional que ha puesto en marcha el gobierno de la República"' dijo la cancillería.

Añadió que en coordinación con las autoridades competentes de Salud, tanto en México como en Estados Unidos, mantendrá atención a cualquier solicitud de asistencia consular por parte de connacionales.

Equipo de respuesta inmediata

En México hay un equipo de 10 personas, compuesto por infectólogos, epidemiólogos, especialistas en terapia intensiva y enfermeras especializadas del Instituto Nacional de Nutrición, que están siendo entrenados y capacitados permanentemente que irán a los sitios donde se haya hecho el reporte de casos efectivamente sospechosos de contagio.

Todos los casos que llegaran a presentarse se concentrarían en el Instituto Nacional de Rehabilitación, en el sur de la Ciudad de México, a donde el paciente deberá ser trasladado vía terrestre o aérea.

Estos especialistas se encargarían de ir por el sospechoso y acompañarlo en el traslado.

La Secretaría de Salud designó un centro que será único para el tratamiento de estos pacientes, que está en el Centro Nacional de Investigación en Quemados –que es un piso del Instituto Nacional de Rehabilitación– que, por sus características físicas, permite tener aislados a cualquier caso.

Ya en una etapa de tratamiento a los pacientes, este “SWAT médico” utiliza equipo plástico de mayor seguridad que los de primera reacción, el cual es de bioseguridad nivel tres, con los estándares recomendados correspondientes.

Una vez que el paciente sospechoso –es decir, que reúne las características de proceder de los países con presencia del virus y que tiene los síntomas– está en la capital de la República, se procedería a confirmar la enfermedad con análisis especializados.

 La capacidad diagnóstica se localiza en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (Indre), con un laboratorio de nivel de bioseguridad tres, donde se puede hacer el diagnóstico en 72 horas, una vez que se reciba la muestra.

Cápsula para traslados

El gobierno federal cuenta ya con una cápsula de presión negativa que sería usada para trasladar a los pacientes que se sospeche están infectados con ébola. El dispositivo no deja que salga el aire de la misma, se mete al paciente y se traslada en una ambulancia o en transporte aéreo.

Cabe destacar que esta cápsula es del mismo tipo que se utilizó para trasladar a pacientes a España y a Estados Unidos.

En donde estén los sospechosos, este equipo se traslada, los recoge y se utiliza a la Ciudad de México en la cápsula correspondiente, y se identifica a todos aquellos con quienes el posible infectado tuvo contacto, para aplicarles el protocolo respectivo.

La persona sería trasladada al Centro de Quemados en el Instituto Nacional de Rehabilitación y allí se le toma una muestra de su sangre que será enviada al Indre, que confirmará o no la presencia del virus en un plazo máximo de 72 horas.

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