El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, afirmó que la reciente depreciación cambiaria no se ha traspasado a los precios, lo que es “un logro históricamente importante”.
Al comparecer ante los integrantes de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados, explicó que este logro ha sido resultado de la combinación del mandato y la autonomía del banco central, con el hecho de que el país tiene un tipo de cambio flexible.
Acompañado por el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Jaime González Aguadé, destacó que en marzo de este año, la inflación general a tasa anual se ubicó en 2.97 por ciento, la segunda más baja desde la autonomía del Banxico
A pregunta de la diputada del Partido del Trabajo, Lilia Aguilar, el funcionario resaltó que se ha logrado que la depreciación cambiaria no se haya traspasado a la inflación, en parte por la confianza que se tiene en el Banxico, cuyo mandato exclusivo es mantener la inflación baja y estable.
Sobre el bajo nivel que ha registrado la inflación, al situarse debajo de 3.0 por ciento anual en marzo pasado, Carstens apuntó: “Desde ese punto de vista se están cumpliendo con los objetivos del mandato prioritario del Banco de México”.
Expuso que la meta autoimpuesta por el Banxico es mantener una inflación baja y estable, con un objetivo de 3.0 por ciento, por lo que con la cifra más reciente de 2.97 por ciento anual en marzo, “estamos exactamente en el punto en donde queríamos estar”.
Esta meta obedece a que la inflación es el impuesto más regresivo que existe y la mejor manera en la cual el banco central puede ayudar a las familias y la actividad económica es precisamente manteniendo una inflación baja y estable, explicó.
Aclaró que el Banxico no tiene la capacidad, el mandato ni los instrumentos para controlar los salarios, porque no es autoridad laboral, pero sí puede contribuir a elevar el poder adquisitivo al mantener la inflación baja, como es precisamente su objetivo.
Sobre la actividad económica, Carstens apuntó que ya van ocho años de “letargo económico” a nivel internacional, lo que afecta a cualquier país, incluido México.
Si bien las tasas de crecimiento de la economía mexicana son “insatisfactorias”, también son mayores a las que tienen gran parte de los países, sobre todo en el continente americano, acotó.
No obstante, subrayó, “no es para dormirnos y de una manera volvernos complacientes, pero sí hay que reconocer estos factores externos”.