Pemex profundizó sus pérdidas en el segundo trimestre del año al sumar 84.600 millones de pesos (unos 5.200 millones de dólares), en momentos en que el país avanza con dificultades hacia la apertura del sector a las empresas
privadas.
En su reporte trimestral de resultados, enviado este martes a la Bolsa Mexicana de Valores, Pemex informó de pérdidas netas por 84.600 millones de pesos en el segundo trimestre producto principalmente de una disminución de 44% en el precio del crudo mexicano respecto al mismo lapso del año anterior.
Estas pérdidas trimestrales son superiores a los 52.300 millones de pesos registrados en el segundo trimestre del año anterior pero inferiores a los 100.546 millones de pesos alcanzados en el primer trimestre de 2015.
La producción de crudo también cayó en el segundo trimestre un 9,8% en comparación con el mismo lapso del año pasado, situándose en 2,225 millones de barriles por día.
Pemex, la mayor compañía del país y vital para sus finanzas públicas, viene reportando resultados fuertemente negativos desde 2013 principalmente por el desplome de los precios internacionales del crudo.
En su reporte, Pemex señala que el precio de la mezcla mexicana de exportación pasó de los 97,09 dólares por barril del segundo trimestre de 2014 a los 53,95 del mismo lapso de este año.
"El entorno se mantiene adverso (...) el mercado se mantiene sobreofertado y persistirá la volatilidad de los precios del crudo hacia adelante", señaló Mario Beauregard, director corporativo de Finanzas de Pemex, en una conferencia telefónica con inversionistas a la que pudieron acceder los medios de comunicación.
El ejecutivo señaló que desde los últimos meses de 2014 se modificó la dinámica del mercado del crudo, con los inventarios de Estados Unidos en máximos históricos, una reducción de crecimiento de la zona euro por la crisis en Grecia, el próximo regreso de Irán al mercado y la fortaleza del dólar.
Para el experto David Shields las pérdidas de Pemex fueron "menores" a las que se podría haber esperado ante el negativo entorno internacional, el cual, advirtió "se espera prevalezca varios años más".
"Y tenemos también la disminución de casi 10% en la producción que se debe a la declinación de los yacimientos y a la falta de inversiones por la caída de los ingresos de Pemex", añadió Shields, director de la revista Energía a Debate.
Difícil apertura petrolera
La complicada situación en Pemex llevó a la compañía a anunciar el año pasado un recorte de 11,5% de su presupuesto de gastos para 2015, suspendiendo proyectos como los de exploración en aguas profundas.
Para aupar su decaída producción energética, el gobierno mexicano impulsó desde 2013 una ambiciosa y polémica reforma para hacer más competitiva a Pemex, pero con la que también perdió su condición de monopolio en el sector de hidrocarburos, que ostentaba desde la nacionalización de la industria petrolera en 1938.
Pemex, la sexta compañía productora de crudo en el mundo según sus propios datos, ha pasado ahora a competir con empresas privadas nacionales y extranjeras en el sector petrolero mexicano, aunque ahora también cuenta con un nuevo régimen fiscal que espera que gradualmente revierta la dependencia que el gobierno tiene sobre la petrolera.
Peña confía en que la apertura del sector a las empresas privadas promueva la llegada de grandes inversiones y nuevas tecnologías.
El 15 de julio se realizó la primera licitación del sector energético para compañías privadas que resultó decepcionante por la ausencia a última hora en el concurso de algunas grandes petroleras y por los resultados obtenidos.
El gobierno sólo logró colocar dos de los 14 bloques de aguas profundas del Golfo de México subastados, considerados además de los menos atractivos que el país contempla licitar.
Shields subrayó que este entorno negativo "seguirá afectando las licitaciones, que por sí mismas son siempre inciertas".