El Banco de México (Banxico) no debería descartar un ajuste adelantado a la tasa de interés de referencia en caso de que se agudice la actual volatilidad cambiaria, consideró el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
El vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, Jonathan Heath, dijo que si bien hasta ahora no se ha observado un traslado de la depreciación cambiaria hacia los precios, este fenómeno no puede ser permanente y en algún momento podría presionar la inflación.
En conferencia, apuntó que la depreciación registrada hoy por el peso mexicano es un “foco amarillo” para que el Banxico se adelante a la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos a elevar la tasa de referencia, actualmente en un nivel mínimo de 3.0 por ciento.
Opinó que si persiste la volatilidad cambiaria alrededor de una cotización de 17 pesos por dólar y la Fed no ajusta su tasa el 17 de septiembre, como está programado, sería inminente que el Banxico aumente su tasa de referencia; “ello no podría esperar y sería la mejor señal para estabilizar la volatilidad”.
“Deberá ponderar (el Banxico) si es conveniente seguir perdiendo reservas internacionales sin mucho éxito para tratar de ordenar la volatilidad o bien comenzar con ajustar al alza las tasas de interés”, añadió, acompañado por la presidenta nacional del IMEF, Nelly Molina.
En caso de que el Banxico no realice un ajuste adelantado a la Fed, tras la inminente alza de tasas en Estados Unidos, anticipó que el Banxico incremente la tasa interbancaria de corto plazo en por lo menos 25 puntos base y poco a poco.
Proyectó que el dólar se mantendrá fuerte frente al resto de las monedas, incluida el peso mexicano, hasta que se disipe la inestabilidad financiera mundial, originada por el retraso en el alza de las tasas de interés en Estados Unidos, la caída del precio del petróleo y problemas económicos en países como Grecia y, recientemente, China.
Heath anunció que el IMEF revisó nuevamente a la baja su pronóstico de crecimiento para la economía mexicana en 2015, a un rango preliminar de 2.1 a 2.4 por ciento, desde una tasa de 2.6 por ciento, aunque en las próximas semanas podría ajustarla de forma definitiva entre 2.2 y 2.3 por ciento.
Este ajuste, explicó, obedece al modesto crecimiento registrado por la economía nacional en el primer semestre del año, de sólo 2.2 por ciento anual, lo que llevó a la Secretaría de Hacienda a revisar su pronóstico a un rango de 2.0 a 2.8 por ciento, desde uno previo de 2.2 a 3.2 por ciento.
En opinión del vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, este rango es “razonable”, pues la economía podría acelerarse en el segundo semestre y cerrar el año arriba de 2.0 por ciento, lo que “no está nada mal” dado el entorno internacional adverso.
Para 2016, el IMEF pronostica que la economía se recuperará y crecerá entre 3.0 y 3.2 por ciento, pues las reformas estructurales aprobadas en los primeros dos años de esta administración comenzarán a mostrar el anhelado impacto positivo sobre la economía, pues atraerán más inversiones, abundó.
Por su parte, la presidenta nacional del organismo se pronunció por impulsar una “flexibilidad fiscal” con miras a la aprobación del paquete económico para 2016, y modificar el marco tributario para incentivar la inversión y poder sostener el crecimiento.
Molina Peralta consideró que para el año próximo debería aprobarse una serie de estímulos e incentivos para que el país logre un mayor crecimiento, como progresividad de tasas, el regreso de la deducción inmediata de inversiones y de la deducción al 100 por ciento de prestaciones de previsión social.
La presidenta del Consejo Técnico del IMEF, Adriana Berrocal, informó que el IMEF presentó a la Secretaría de Hacienda unas 20 propuestas de incentivos fiscales, de las cuales se espera que al menos dos o tres sean incorporadas en la discusión y aprobación del paquete económico de 2016, quizá como miscelánea fiscal.