La volatilidad financiera internacional que ha provocado la depreciación del peso no ha afectado, por el momento, la operación de la aviación doméstica, pues el sector opera en forma equilibrada y “estamos tablas”, aseguró Gilberto López Meyer, director general de Aeronáutica Civil.
“Casi todas las aerolíneas operan bajo un fuerte escenario de competencia y ese elemento es la mejor cura para inhibir un aumento en las tarifas; no necesariamente significa que tenga que ser así, pero el mercado mexicano está suficientemente competido, por lo que no vislumbro una subida abrupta de las tarifas”, aseguró.
Comentó que la depreciación del peso frente al dólar es un factor que genera efectos mixtos, pues si bien hay costos de operación que las aerolíneas deben pagar con la divisa verde como la turbosina, refacciones, mantenimiento y entrenamiento, también hay otros elementos que actúan en favor del sector.
El costo del petróleo se ha reducido sustancialmente y con ello el de la turbosina, además hay ingresos importantes que reciben las líneas aéreas en dólares por sus operaciones externas, “así que hay lado bueno y lado malo”, y por el momento la mayoría de las empresas mantienen en equilibrio sus operaciones.
El directivo destacó que la demanda doméstica se mantiene con un crecimiento apreciable, pues en el primer y segundo trimestres la actividad ha sido dinámica, las estadísticas no marcan descenso alguno; “vamos a esperar a ver cómo sale el tercer trimestre, pero en la mitad del año no se percibe una desaceleración”, dijo.
López Meyer refirió que la tasa de crecimiento promedio de la actividad aeroportuaria en México previo al año 2010, fue de entre 5.0 y 6.0 por ciento, pero ese año al registrarse la cancelación de operaciones de Mexicana de Aviación, provocó “que cayeramos en un bache” que afortunadamente la industria pudo recuperar rápidamente.
Con ello, en el periodo de 2012 a 2014 la industria aérea mantuvo tasas de crecimiento de doble dígito, comportamiento que promediado en un lapso de 10 años, se traduce en una tasa de entre 6.0 y 7.0 por ciento, lo cual es muy positivo pues explica por qué hoy se tiene una flota áerea de casi el doble de una década atrás.
La ausencia de Mexicana de Aviación “a nivel de mercado está totalmente cubierta, aunque es probable que haya muy pocas rutas pendientes que eran atendidas por la aviación regional de Mexicana, pero en materia de pasajeros el mercado está atendido por el crecimiento de Aeroméxico, Interjet, Volaris y otras líneas”, expuso.
Sin embargo, reconoció que a un lustro del cierre de operaciones de esa empresa aérea, todavía hay un número de trabajadores de la misma que no ha recuperado su fuente de empleo.
“El tema de Mexicana lo lamentamos todos, pero dentro de ese triste suceso se ha logrado que una gran mayoría de los trabajadores ha logrado colocarse; de los pilotos, alrededor de 80 por ciento, aunque de los sobrecargos el porcentaje es menor porque muchos decidieron dedicarse a otras actividades”, señaló.
Aeroméxico fue una de las líneas aéreas que más contribuyó a ese proceso de recuperación laboral, pues en la actualidad tiene en sus filas a más de mil aerocargos que originalmente trabajaban en Mexicana, lo que también es una muestra de colaboración entre el sindicato de ese sector y la aerolínea.
Respecto al proceso de la venta de activos de la aerolínea quebrada, indicó que ese tema se encuentra fuera del ámbito de la DGAC, pues compete a instancias del Poder Judicial, la empresa y los acreedores, aunque dijo tener noticias de que algunas subastas fueron frenadas por un recurso de amparo obtenido.