S&P Global Ratings revisó de estable a negativa la perspectiva de las calificaciones soberanas en escala global de México.
La evaluadora internacional confirmó además las calificaciones soberanas de largo y corto plazos en moneda extranjera de BBB+ y A-2, respectivamente, y en moneda local de A y A-1 de México.
Explicó que la revisión de la perspectiva de las calificaciones en escala global refleja una posibilidad de al menos una en tres de que baje la evaluación en los próximos 24 meses.
Esto, abundó, si el nivel de deuda del gobierno general o la carga de intereses presenta un deterioro superior a sus expectativas y aumenta la vulnerabilidad de las finanzas públicas de México ante los eventos adversos.
S&P expuso que la deuda neta del gobierno general se ubicó en 42 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2015, y espera que llegue a 45 por ciento en 2016 y se acerque a entre 47 y 48 por ciento del PIB entre 2018 y 2019.
El índice de deuda ha aumentado de manera continua desde solo 28 por ciento del PIB en 2005, lo que refleja el impacto de los constantes déficits fiscales moderados en un contexto de bajo crecimiento del PIB en este periodo, argumentó.
“Aunque el nivel de deuda de México es moderado, el gobierno tiene menos margen de maniobra fiscal que el que tenía hace 10 años”, precisó la agencia evaluadora.
Abundó que las calificaciones de México reflejan su historial de cautelosas políticas fiscales y monetarias, lo que ha contribuido a que el país mantenga déficits gubernamentales limitados y una baja inflación, así como a un nivel moderado de deuda externa.
Indicó que la combinación de políticas económicas previsibles y una economía flexible han permitido al país ajustarse a las cambiantes condiciones internacionales, que incluyen una caída considerable del precio del petróleo y la depreciación del peso mexicano, al mismo tiempo que mantiene un crecimiento estable y una inflación baja.
Estimó probable un crecimiento del PIB ligeramente por encima de 2.0 por ciento en 2016 y en torno a 3.0 por ciento durante 2017-2019, suponiendo un crecimiento constante y estable en Estados Unidos y un incremento gradual de la inversión privada en el sector de energía mexicano.
En tanto, el crecimiento del PIB real per cápita durante 2011-2015 promedió 1.7 por ciento, lo cual es lento para una economía emergente.
Al comentar sobre la perspectiva de calificación soberana de México, S&P previó que la continuidad de las políticas económicas en los próximos dos años, junto con el ajuste fiscal en curso compense los menores ingresos petroleros y contenga el nivel de deuda del gobierno.