El sector industrial azucarero necesita una mayor integración para responder a los requerimientos que demanda la reforma energética, como es la cogeneración de la energía verde, trasparente, que no causa daño al medio ambiente.
Así, los más de 50 ingenios que operan en el país trabajaran la mayor parte del año, en lugar de los cinco que lo hacen actualmente sólo para producir azúcar.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la república Mexicana (STIASRM), Adrian Sánchez Vargas, reconoce que la modernización de las fábricas de endulzante no es fácil porque requiere de fuertes inversiones – se calcula que para producir energía se necesitan 40 millones de pesos en equipo-, pero es necesario comenzar con este proceso que es a mediano y largo plazo.
“Desde el punto de vista del sindicato, los retos que tenemos todos, la industria, los obreros, productores de caña, es hacer una industria más integrada, lo hemos repetido en distintos foros, con proyectos cumplidos de la cogeneración y de la producción de biocombustibles”, dijo el dirigente.
Citó como ejemplo otras industrias extranjeras del ramo, en donde ya no sólo se dedican a producir azúcar sino otros productos; porque, apuntó, ninguna empresa puede subsistir trabajando 5 meses al año y vivir 12.
Para el dirigente de los trabajadores azucareros, aprovechando la reforma energética, los Ingenios son la opción real de cogenerar y producir energía verde, transparente que no cause daño al planeta y que si beneficie económicamente a las fábricas y por consiguiente a los productores de caña y a los trabajadores.
La industria azucarera garantiza tranquilidad en el campo mexicano por todas las miles de hectáreas que tiene que utilizar en la siembra de está gramínea y mueve la economía de la región y apoya económicamente a cientos de miles de familias.
Bajo este esquema, “nosotros como trabajadores podemos aspirar a una mejor calidad de vida con mejores prestaciones, con mejores salarios, con mejor oportunidad de educar a nuestros hijos y que el industrial gane. Entramos a un juego de ganar, ganar y ganar. Este proyecto está casi en todos los grupos azucareros, pero todavía sigue siendo un proyecto en la mayoría de Ingenios, deberíamos ya impulsar realidades.
En este sentido, dijo que el capital que se requiere es fuerte, pero confió en que poco a poco se vaya logrando la modernización de la mayoría de los ingenios, lo que sin duda dejara más plusvalía a los industriales.
Lo que no debe suceder, destacó, es que se paren los proyectos de ampliación ya que es una industria que “garantiza trabajo para más de 2 millones de familias, es una industria que genera divisas al país, es una industria que impulsa muchísimo la economía regional, estatal y nacional, es una industria que tienen más de 500 años en México”.
Entretanto, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) concluyó el proceso de venta de los nueve ingenios que eran propiedad del Gobierno Federal, al asignar las últimas dos fábricas de azúcar, El Potrero y San Miguelito, al Grupo Beta San Miguel que ofreció por ellos un monto de 3,398 millones de pesos.
Con ello, se concluye un proceso de 15 años que inició con la expropiación de 27 ingenios en 2001. A partir de entonces, se habían regresado 18 ingenios a sus dueños originales, de forma que la presente Administración recibió los 9 ingenios cuya expropiación había quedado firme y que administraba el Gobierno Federal.