Contar con finanzas saludables puede significar un verdadero reto, puesto que nadie está exento de sufrir problemas monetarios, por lo que tener deudas o problemas
económicos se ha convertido en el dolor de cabeza de más de uno, de acuerdo con Credifiel.
La firma mexicana especializada en soluciones financieras refirió datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, que revelan que a siete de cada 10 mexicanos les aquejan los problemas financieros.
Los mexicanos, expuso en un comunicado, viven un estrés mayor al no poder pagar sus deudas por medio de préstamos, pues en la mayoría de los casos, los bancos o instituciones financieras consultan el buró de crédito.
Al respecto, el Sistema de Información Crediticia señala que hay cerca de 62 millones de mexicanos dentro del sistema de información crediticia, lo que se complica un tanto más la situación.
En este contexto, el director comercial de Credifiel, Dante Arturo Teytud Macías, consideró que para la mayoría de las personas suele ser muy complicado enfrentarse a problemas relacionados con deudas.
Explicó que en ocasiones, la situación parece que se va de las manos y las puertas comienzan a cerrarse, ya que el buró de crédito es un gran inconveniente al que se ven expuestos cuando se tiene deudas.
A decir de Teytud Macías, se pude experimentar un estrés financiero como una reacción ante la amenaza hacia la estabilidad económica y del patrimonio.
Por ello, Credifiel sugirió identificar cuánto y a quién se le debe, lo cual ayudará a mantener un control de la situación, evitando tener episodios de estrés que podrán acarrear problemas aún mayores.
También recomendó que en caso de necesitar un préstamo, hacerlo vía nómina ya que darán el dinero necesario y de la ganancia laboral se descontará automáticamente un porcentaje de la deuda, lo que permite una mejor organización y evita complicaciones de tiempos y descuidos.
De igual forma, aconsejó analizar ingresos y gastos para saber cuánto se podría destinar al pago de deudas; es importante, ya que muchas veces se cree que se pueden liquidar los compromisos económicos con el “próximo” dinero que se recibirá y la realidad es que no alcanza.
Una renegociación es otra opción, y con ello es muy probable que se alcance un acuerdo con el cobrador y pedir un plazo extendido que permita obtener mejores tiempos en pagos para evitar presiones.