Fueron por lana y salieron trasquilados.
CDMX, 6 de Diciembre de 2018, Con la amenaza de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y la incertidumbre que ha generado el nuevo Gobierno de la República, mediante las declaraciones vertidas a lo largo de casi cinco meses, por el presidente electo y ahora presidente constitucional, Andrés Manuel López Obrador, se pretendía con un “brillante plan de recompra”, adquirir a precio tronchado los bonos emitidos por el Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México (MexCAT) y que los inversionistas del grupo Ad Hoc compraron de buena fe y con el aval del Estado mexicano.
La intención, según manifestó el Secretario de Hacienda y Crédito Público de México, Carlos Urzua, es recomprar los bonos a los inversionistas por un monto de Mil 800 millones de dólares, pagando a precio castigado de 0.90 centavos por cada peso que hayan invertido los tenedores de estos bonos, sin embargo, no contaban con que la mayoría de los inversionistas son extranjeros y no se iban a dejar tan fácilmente. Ya que un grupo de inversionistas que compró aproximadamente el 40% de los bonos y que son representados por el despacho Hogan Lovells, rechazó la oferta del gobierno mexicano por la recompra de las obligaciones, según informó la firma de abogados que los representa.
El vocero de la Secretaría de Hacienda, Carlos Cruz, expresó que preguntaría al titular de la dependencia Carlos Urzúa sobre la situación, dado que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha evadido el tema desde el domingo pasado, cuando dijo que estaba “en huelga” sobre la cuestión , mientras que en sus conferencias matutinas del lunes, martes, miércoles y jueves dijo que sería el titular de Hacienda quien respondería sobre el asunto.
El Grupo de Tenedores de Bonos Ad Hoc de MexCAT, que representa a más de la mitad de los tenedores de al menos una serie de las cuatro que lanzó, en 2016 y 2017, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), -y que dicho sea de paso, la empresa es propiedad mayoritaria del gobierno mexicano-, quien dio a conocer a través de su equipo de asesores legales, que no fueron tomados en cuenta o consultados por el nuevo gobierno de México antes de que se lanzara la oferta de recompra. Pese a ello y después de analizar la propuesta, tienen muchas “inquietudes” por lo que no pueden apoyar el proyecto.
La propuesta del GACM para la recompra de los bonos a los mercados internacionales es por un total de mil 800 millones de dólares, de los seis mil millones que se obtuvieron a través de estos instrumentos.
En un comunicado Hogan Lovells indicó que los inversionistas están dispuestos a dialogar, pero que la oferta hecha por el obligado es por demás inaceptable.
Adrián García, analista del sector de infraestructura para la agencia Moody’s, indicó que para que la recompra de bonos proceda, al menos la mitad de los dueños de esos títulos deben estar de acuerdo y/o respaldarla para aprobar cambios en el contrato de compraventa.
Ante esta situación, el rechazo del Grupo de Tenedores de Bonos Ad Hoc de MexCAT obliga a hacer una pausa y prolonga la necesidad de continuar las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, ya que en caso de que el gobierno mexicano detuviera la construcción sin el consentimiento de los inversionistas, estos podrían demandar a la administración por incumplimiento y exigir daños y perjuicios con costas, aún no cuantificadas por el momento, causando un daño gigantesco al erario mexicano.
Sobre la propuesta, a los inversionistas, Sergio Luna, director de Estudios Económicos en Citibanamex señala que les preocupa a estos, quedarse sin garantía de pago, es decir, que la Tarifa Única Aeroportuaria etiquetada para el pago de los bonos, se destine a otra cosa, como a la construcción de aeropuertos alternativos o adicionales tanto en la zona de la Ciudad de México como en Santa Lucía o a la remodelación de la actual terminal aerea, así como la ubicada en Toluca, Estado de México.
Expertos en derecho internacional y bursátil apuntan que el tiempo de oportunidad se ha perdido ya que ante la amenaza ampliamente pregonada y anticipada de cancelar la construcción del proyecto aeroportuario, los inversionistas y tenedores de los bonos prefirieron recuperar “ de lo perdido, lo que aparezca” y vendieron en niveles de 0.70 centavos por cada peso invertido a inversionistas buitre, que siempre están al acecho de ganancias rápidas o jugosas y que cuentan con los abogados y recursos para pelear un premio muy superior al 100% de la inversión.
El tema de la recompra seguramente será un dolor de cabeza para el encargado de las finanzas de México y ojalá no se convierta en un barril sin fondo.