Menores trabajando en campos mexicanos

-Una situación que vulnera su integridad. Champotón, Campeche, a 22 de agosto de 2022: El 9 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Agricultura,

una actividad de gran importancia para el desarrollo sostenible de las naciones en el mundo. En México es un sector importante de la economía del país tanto histórica como políticamente, a pesar de que ahora represente tan sólo un pequeño porcentaje de PIB (4.1% en 2017).

Actualmente, de los 6.8 millones de mexicanos que laboran en el campo según datos del INEGI, 700 mil son menores de edad, según Save The Child México. De acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPC), cuando un niño, niña o adolescente trabaja, deja de ir a la escuela, sus capacidades físicas, psicológicas y sociales se reducen, junto con la posibilidad de tener un mejor futuro.

Para el caso de la agricultura, los menores son sujetos a violaciones de sus derechos humanos: no pueden tener un contrato, las jornadas exceden las 6 horas permitidas, no siempre se les paga de manera directa y muchas veces ni siquiera se les paga. También se ven obligados a laborar en actividades peligrosas utilizando instrumentos afilados, cargar peso excesivo para su cuerpo que no ha concluido su desarrollo físico y operar maquinaria peligrosa, señala la FAO.

Dado los graves daños a la integridad física y mental de los menores, Save The Child México señala algunas acciones que se deben llevar a cabo para luchar contra el trabajo infantil, en las que deben participar el Gobierno, las empresas y la sociedad civil. Estas incluyen fomentar la permanencia en las escuelas de niñas, niños y adolescentes para alcanzar mejores condiciones de vida. También sugiere ofrecer mejores salarios, seguridad social y condiciones dignas a las y los jornaleros que evite que los menores se vean forzados a laborar para contribuir con la economía familiar.

La industria azucarera en México produce cada año 6 millones de toneladas de azúcar, con un valor aproximado entre 80 mil millones de pesos. Debido a su importancia social, económica y ambiental, el cultivo de caña de azúcar es el único que tiene su propia norma jurídica: Ley de Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, publicada el 22 de agosto de 2005. Sin embargo, no menciona en ninguna cláusula medidas para evitar que menores de edad trabajen en dicha industria.

Para evitar esta práctica, Grupo Azucarero del Trópico (GAT) ha implementado cinco iniciativas que aportan a aminorar esta problemática dentro y fuera de sus Ingenio La Gloria y La Joya, en Veracruz y Campeche respectivamente, explica Joel Díaz, director de Recursos Humanos de GAT.

Para GAT, es esencial el monitoreo y supervisión en la obtención de la materia prima para asegurarse de que no haya menores laborando. Otras acciones que han realizado en sus comunidades han sido concursos en escuelas y talleres de capacitación para la sensibilización y disminución del trabajo infantil.

Permitir conocer los factores que llevan a que los menores deban integrarse a la fuerza laboral y sus consecuencias, permite que la sociedad, el gobierno y el sector privado puedan establecer acciones que disminuyan y eviten situaciones que vulneren la salud física y mental de las niñas, niños y adolescentes mexicanos, así como permitirles ejercer su derecho a la educación y a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral como marca la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

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