El precio del jitomate se dará a los mexicanos desde enero, cuando los productores vieron sus cosechas afectadas
por la sequía y el cambio de temperatura. La industria podría retroceder un 6% hasta 2050. En la ciudad mexicana de Sinaloa la temperatura en diciembre pasado alcanzó los 35ºC, un invierno bastante inusual en una zona cuyo promedio anual alcanza los 25ºC. Más allá del problema de guardarropa para los residentes, la cálida temporada representó un dolor de cabeza para los productores agrícolas de la zona.
La cosecha de jitomate se vio afectada por el aumento de la temperatura, pues el cultivo necesita un clima entre 20 y 24ºC según datos de la Planeación Agrícola Nacional para crecer de forma óptima. De Sinaloa proviene alrededor del 16% de toda la cosecha de este producto.
Lo que pasaba en el campo –que se replica en todo el país– se ha resentido en la mesa de los mexicanos, quienes han visto cómo fluctúan el precio de los productos durante el inicio de 2024. En la primera semana de enero el costo promedio del jitomate ascendió 73,20%, y solo fue hasta esta primera quincena de febrero que el fruto frenó su alzada.
Aunque no logra ubicarse a niveles de 2023, el precio de jitomate retrocedió más de 40% a inicios de febrero. Un comportamiento similar tuvo la calabacita. Sin embargo, la cebolla no lleva la misma suerte, que acumula más del 20% de aumento en su valor de mercado en lo que va de año.
::: Falta de lluvia
El alza de las temperaturas en la mayor parte de México también ha generado unos niveles de sequía que están afectando al campo. Y la situación no mejorará pronto. Ya en 2022 una investigación de The Food Tech advirtió que la producción de tomate podría disminuir en un 6% hacia 2050, debido a que la siembra se concentra en regiones altamente afectadas por el cambio climático.
El maíz es el cultivo más afectado por la sequía, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de México, recuerda un reportaje de Distribuidor Nacional. Su producción habría caído en un 20% debido a la poca lluvia, al igual que han sido afectados los cultivos de frijol, chile y la caña de azúcar.
::: El otro factor oculto
La alza de los precios del jitomate y la cebolla se produjo, pese a que forman parte de los 21 productos que el gobierno de México incluyó en mayo de 2022 en un paquete especial “Contra la inflación y la carestía” (PACIC). Tampoco ha sido exitosa esta política para el limón, que experimentó un aumento del 6% en su precio durante enero pasado.
Los beneficios del PACIC se extienden hacia productores e importadores, con disminución de aranceles, exención de ciertos impuestos, entrega de fertilizantes, entre otras medidas. A inicios de este año las autoridades sumaron 12 productos adicionales al paquete.
Hay otro factor oculto en el precio: el de la inseguridad. Desde la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes han advertido que muchos productos agrícolas llegan al consumidor con un sobrecosto, el de las coimas que los productores deben pagar a los grupos antisociales.
“Un tema que encarece el asunto, indudablemente y ya no podemos darle la vuelta, es el tema de la inseguridad. Son cuotas dolorosas”, declaró a El Economista la presidenta del gremio, Cuauhtémoc Rivera. Los delincuentes sólo dejan de amenazar a los trabajadores durante la siembra y la cosecha, contó, un cambio de dinero.