México, 5 de junio de 2024 ::: La recién electa presidenta de México, la izquierdista Claudia Sheinbaum,
enfrenta su primer reto: convencer a los mercados de que habrá prudencia fiscal y estabilidad macroeconómica durante su gobierno.
Sheinbaum, quien gobernará con mayorías legislativas según la proyección de las autoridades electorales, se apresuró a ratificar en el cargo al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, luego de que el lunes la Bolsa mexicana se desplomara 6% y el peso perdiera un 4,3% frente al dólar.
El propio ministro reforzó el mensaje este martes durante una llamada con inversionistas, que según medios mexicanos duró apenas dos minutos.
La nueva administración, que arrancará el 1 de octubre, tendrá como prioridad "la estabilidad macroeconómica, prudencia fiscal y la viabilidad" de sus objetivos fiscales, según la transcripción de lo dicho por el funcionario, que difundió la secretaría de Hacienda.
"Confirmar a los organismos internacionales e inversionistas privados que nuestro proyecto se basa en la disciplina financiera, acatando la autonomía del Banco de México (central), el apego al estado de derecho y facilitando la inversión privada nacional y extranjera", añadió.
El peso mexicano cerró la jornada de este martes con una caída de 0,95% a 17,88 unidades por dólar, según cifras del banco central, mientras que la Bolsa mexicana ganó 3,24%, equivalente a 1.678,07 puntos, para cerrar en 53.485,62 puntos.
Varios grupos empresariales de diversos giros han felicitado a Sheinbaum por su elección. El influyente Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se dijo dispuesto a trabajar con el nuevo gobierno para "impulsar el crecimiento (...), generando inversión y empleos", mientras que la Cámara de la Industria de la Transformación (Canacintra) señaló que buscará ayudar al "desarrollo económico y social de los mexicanos".
El secretario de Hacienda dijo también que estrechará la colaboración con la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), "aprovechando el apoyo en el Congreso para optimizar el buen uso de los recursos públicos".
El presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que basa su gran popularidad en amplios programas sociales, ha inyectado millones de dólares a la petrolera, aduciendo que es un "baluarte" de la 12ª economía mundial.