Trata de personas ocupa el segundo puesto en las economías ilícitas

México, 20 de marzo 2025 ::: La trata de personas es una de las manifestaciones de la delincuencia organizada que más daño causa:

afecta la integridad física y emocional de las víctimas, así como a su círculo cercano, familiares y amigos.

 “En México, la trata no puede entenderse sin el análisis de las dinámicas internas y externas del territorio, como la porosidad de sus fronteras, la variedad de organizaciones criminales, y su posición como uno de los principales puntos de origen, tránsito y destino de migrantes”, aseguró Alejandro Chanona Burguete, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), en la primera sesión del Seminario Permanente “La trata de personas en un nuevo contexto de riesgos globales, regionales y nacionales”.

Señaló que de acuerdo con el Índice Global de Crimen Organizado 2023, de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, la trata se coloca dentro de los mercados más rentables para esos grupos, ocupando el segundo puesto en economías ilícitas predominantes a escala mundial.

Ese delito, expuso, es una de las manifestaciones de la delincuencia organizada que más daño causa, y se refiere al reclutamiento, transporte, transferencia, albergue o recepción de personas mediante la amenaza, el uso de la fuerza u otras formas de coerción, o engaños, con fines de explotación sexual o laboral, esclavitud o prácticas similares, servidumbre o extracción de órganos.

Respecto al informe “Geografía de la trata de personas en la frontera Estados Unidos-México”, publicado en 2023 por InSight Crime –que se discutió en la sesión–, dijo que “arroja luz sobre el tema en puntos críticos”: identifica una serie de patrones que caracterizan a los corredores criminales entre ambos países, como escenario en el que participan diversos actores estatales y no estatales para llevar a cabo múltiples delitos, incluyendo la trata de personas.

También evidencia la gran escasez de información para el análisis de ese delito, la inadecuada distribución de recursos y la falta de comprensión de la naturaleza de la trata en esa región del país.

Mario Luis Fuentes Alcalá, titular de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas de la UNAM, recalcó que esa investigación “nos permite articular una visión de conjunto”. No hay fenómeno social aislado, todos se vinculan. No se puede hablar de la trata como un solo delito, cuando en realidad son delitos vinculantes: tráfico de personas, desapariciones, violaciones, trabajos forzados, o explotación sexual o laboral. Al aislar este crimen “oscurecemos la realidad”.

Uno de los aspectos relevantes del estudio, agregó, es que se debe pensar en regiones, e incluso en zonas dentro de las ciudades. La dinámica delictiva criminal tiene expresiones territoriales muy complejas, pero tendemos a homogeneizar lo poco que sabemos. “No sabemos qué ocurrió con los seres humanos que se encuentran en una fosa, y si fueron víctimas de otros delitos; quiénes fueron o cómo se llamaban”.

Victoria Dittmar, investigadora del informe y gerente de proyectos en InSight Crime, mencionó que ese estudio es resultado de dos años de trabajo en diversas partes de la frontera norte, para entender la relación entre las redes criminales transnacionales y la trata de personas.

Uno de los grandes hallazgos es que hay una falta enorme de datos. Es un delito que se reporta muy poco: la trata tiene un elemento de explotación, de engaño y de fuerza. “Encontramos que el reclutamiento se da de muchas maneras, pero la más común es el engaño, al ofrecer trabajo a migrantes, cuando en realidad la persona termina siendo víctima de una red de explotación. Los cárteles han visto en la población migrante una opción para incrementar sus ganancias”.

Ignacio Alvarado, periodista e investigador principal del informe, acotó que la trata es un fenómeno sórdido, complejo, que involucra no sólo a redes criminales, sino a militares, agentes de la policía federal y aparatos de seguridad pública.

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