Ante las limitaciones de inversión y reinversión en materia de energía, México está obligado a abrir el sector a la inversión privada ya que de no hacerlo el país pasaría de ser dependiente de las fuentes de energía conocidas, como en el caso del petróleo, indicó en un reporte la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
En el caso del petróleo el reporte destaca que ante la inercia de no ampliar el abanico de inversiones en el sector energético México como país productor de petróleo, pasó del sexto al noveno lugar a nivel mundial entre 2004 y 2012 y la tendencia en el consumo y en la producción energética "convertirá a México en un país estructuralmente deficitario de energía".
A su vez, un análisis de Consultores Internacionales (CI) asegura que la reforma energética que se implemente más allá de permitir o no la inversión privada compartida con PEMEX, en la exploración, extracción y producción de petrolíferos, también debe incluir la inversión compartida en estas otras fuentes de energía, para las cuales nuestro país tiene también enormes potenciales.
Empresarios alertaron sobre el riesgo de que México se convierta en un país estructuralmente deficitario en materia de energía, por lo que exhortaron al Consejo Rector del Pacto por México y al poder Legislativo a emprender una reforma que permita la inversión público-privada en Pemex.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Juan Pablo Castañón, calificó de urgente una legislación energética acorde con la realidad, al ser México una economía abierta, con 11 tratados comerciales y acceso preferencial a 44 países.
En el documento semanal "Señal Coparmex", expuso que se puede minimizar ese riesgo si se establecen alianzas con la iniciativa privada nacional e internacional para invertir en toda la cadena de valor en el rubro energético.
Refirió que como país productor de petróleo, pasamos del sexto al noveno lugar a nivel mundial entre 2004 y 2012 y la tendencia en el consumo y en la producción energética "convertirá a México en un país estructuralmente deficitario de energía".
Ante ello, consideró necesario modificar el marco jurídico para captar inversiones extranjeras que traigan el país las mejores prácticas de la industria y tecnología y la mayor capacidad operativa.
El dirigente patronal mencionó que 58 por ciento de los productos explorables a futuro está en aguas profundas, a más de 500 metros bajo el nivel del mar, y México no tiene la tecnología adecuada para hacerlo.
En ese sentido, apuntó, "el sector empresarial propone delimitar el dominio de la nación a los recursos naturales en el subsuelo y no sobre los productos derivados".
Lo anterior, de manera que sea posible ampliar la participación de la iniciativa privada en refinación, comercialización, transporte, distribución y almacenamiento de petróleos refinados y petroquímicos, añadió.
Afirmó que Pemex representa además un punto de encuentro entre las reformas energética y fiscal, dado que actualmente la paraestatal aporta más de 30 por ciento del presupuesto nacional.
Es pertinente que ambas reformas vayan juntas para que los recursos petroleros sean destinados a inversiones en infraestructura, a proyectos rentables y al establecimiento de un fondo intergeneracional.
Las reservas probadas, probables y posibles de petróleo alcanzan para 20 años.
A su vez un estudio realizado por la consultoría Consultores Internacionales (CI) indica que durante la celebración del 75 aniversario de la expropiación de la industria petrolera, el Presidente de la República anunció que las reservas probadas de petróleo mexicanas, las que son posible extraer de manera rentable con la tecnología actual y teniendo en cuenta el precio internacional del petróleo conocidas como 1P, ascienden al inicio del 2013 a 13,868 millones de barriles de crudo equivalente (mdbp).
“Estas reservas colocan al país entre los 20 primeros países del mundo en cuanto a volumen de reservas petrolíferas, pero muy lejos de Arabia Saudita con 1P de más de 260 mil mdbp, Venezuela que tiene 211 mil mdbp, Canadá con 175 mil mdbp e Irán e Iraq que tienen reservas probadas que superan los 115 mil mdbp. Lo importante a resaltar es que éste volumen sólo nos alcanza para asegurar la producción de crudo durante 10 años”, indica el trabajo.
En un escenario tendencial, ello nos lleva a plantear que si no hacemos nada, en menos de una década pasaremos de exportadores a importadores netos de hidrocarburos.
Situación que no está lejana si consideramos que, actualmente el abasto nacional de energéticos ya se está satisfaciendo con la importación de gasolina, gas y productos petroquímicos. Si bien nuestra balanza comercial petrolera es superavitaria, es de llamar la atención que las importaciones se hayan incrementado de 7,974 millones de dólares en el año 2000 a 41,139 millones en 2012, si bien habría que considerar el efecto de la variación de los precios.
Esto quiere decir que explotando lo no probado, apenas nos alcanzaría para otros 10 años de producción. El escenario se puede complicar más, si tomamos en cuenta que los Estados Unidos nuestro principal cliente, está buscando reducir significativamente su dependencia del petróleo.
En el periodo 2000-2012 entre el 32 y el 35 % de los ingresos presupuestarios del gobierno federal han provenido del petróleo. Lo anterior muestra que no hemos hecho mucho por despetrolizar las finanzas públicas, lo que se mantiene como una asignatura pendiente y un posible escenario catastrófico.
De igual forma es importante empezar a prepararnos para las tendencias futuras. La transición energética derivada de la necesidad de combatir los efectos del cambio climático está conduciendo a la introducción de innovaciones en la explotación y consumo eficiente y racional de los recursos no renovables, pero también al avance en la utilización de energías alternativas como lo son la solar, eólica, biológica, geotérmica e hidráulica.