Una salida abrupta de los llamados “capitales golondrinos” podría tener un efecto negativo sobre la economía mexicana, debido a las debilidades estructurales que presenta, advirtió Consultores Internacional S.C. (CISC).
La firma expuso que los mercados mundiales enfrentan un exceso de liquidez a causa de las políticas monetarias expansivas implementadas por países desarrollados, tras la reciente crisis global para contrarrestar la turbulencia financiera y reactivar sus economías vía el crédito.
Precisó que ésta liquidez no ha llegado a personas ni empresas en países avanzados vía préstamos, sino que los bancos y los especuladores han preferido desviar sus carteras de inversión hacia activos más riesgosos pero con mayor rendimiento, y se han dedicado a comprar bonos gubernamentales y otros activos privados en economías emergentes.
“Esta euforia financiera se ha convertido en un casino global donde las fichas de los capitales especulativos se mueven en el tablero de los mercados más rentables, buscando ganancias rápidas al menor costo, asumiendo una aversión al riesgo alta”, afirmó.
Señaló que México es uno de estos países que han recibido enormes cantidades de recursos del extranjero vía la inversión de cartera, la tenencia de bonos del gobierno por parte de extranjeros y el endeudamiento de las empresas, sobre todo bancos del país.
En un análisis “Euforia financiera en un casino global”, mencionó que tan sólo en el primer trimestre de este año ingresaron 13 mil 918 millones de dólares por inversión extranjera de cartera, mientras que la inversión directa fue de apenas cuatro mil 987 millones de dólares.
En tanto, la deuda del sector privado se incrementó en 16 mil 855 millones de dólares y la tenencia de valores gubernamentales en manos de extranjeros equivalió en marzo a un billón 895 mil millones de pesos, volumen que ha crecido a un ritmo de llamar la atención.
Para los optimistas, agregó, esta entrada de capitales es signo de la confianza del sistema financiero internacional en la fortaleza de la economía mexicana, y de las altas expectativas por las posibles reformas estructurales, lo que atraería mayores inversiones.
Para los menos, estos flujos son capitales golondrinos que sólo desestabilizan al tipo de cambio, generan burbujas de activos, inflan los precios de las materias primas, de las acciones, de los bonos y del sector inmobiliario.
La empresa de consultoría alertó que si en un momento dado las medidas expansivas no convencionales cesan o se reducen, estos capitales rápidamente abandonarían al país, dejando una rastro de devastación financiera.
Consideró que este posible efecto negativo no es nada difícil de prever, dado que la economía mexicana presenta debilidades estructurales que la vuelven altamente vulnerables a los capitales golondrinos.
CISC refirió que México tiene fuertes fundamentales como la estabilidad macroeconómica, finanzas públicas moderadamente equilibradas y la concreción de algunas reformas económicas.
No obstante, también presenta un crecimiento insuficiente, bajo nivel de penetración financiera, una banca de propiedad extranjera, una plataforma exportadora basada en altas importaciones, moderados flujos de inversión extranjera directa y reservas internacionales relativamente bajas en comparación con las de otras economías emergentes.
A ello hay que sumarle la permanente preocupación de las autoridades monetarias por el fantasma de la inflación, por lo cual no han querido bajar aún más las tasas de interés de referencia para limitar la entrada de capitales especulativos.
“Para qué esperar a que se ahogue el niño antes de tapar el pozo. En este casino en que se ha convertido el sistema financiero internacional, sólo las economías más prudentes que tomen medidas preventivas eficientes podrán sobrellevar cualquier turbulencia que esta euforia, un tanto cuanto artificial y derivada de la política monetaria expansiva, podría generar”, añadió.