Los actuales precios de la energía en México representan una desventaja para su dinámico sector manufacturero, así como un obstáculo para el crecimiento del país, dijo en un análisis sectorial la correduría financiera y de inversión Merrill Lynch.
"Esto representa una desventaja para el sector de la manufactura de México y un obstáculo para un mayor crecimiento", manifestó el banco.
Puntualizó que pese a que varios proyectos para importar gas natural a precios competitivos de Estados Unidos están por implementarse, México necesita de una reforma energética para reducir a largo plazo los precios de la energía.
"La electricidad sigue siendo el talón de Aquiles del sector manufacturero. Las tarifas industriales en México se han incrementado considerablemente en la última década", apuntó Merrill Lynch, propiedad de Bank of America.
Subrayó que las tarifas industriales pasaron de 0.06 dólares por kilowatt-hora en 2003 a 0.12 dólares kilowatt-hora en 2013, y que salvo por países europeos el precio de la energía para uso industrial en México es mayor que en Asia y en Estados Unidos.
"En nuestra opinión, esta es una de las razones por la que México necesitaría de una reforma energética que permitiera a Pemex firmar contratos de riesgo para aumentar la inversión en el sector", enfatizó el análisis.
El banco estimó que las tarifas eléctricas para uso industrial en México son 86 por ciento más altas que en Estados Unidos.
Destacó además que a diferencia de Estados Unidos y Canadá, México no tiene una "revolución energética", debido a que cuenta con poca o nula infraestructura para explotar su gas de esquisto (shale gas), pese a tener amplias reservas de este combustible.
Advirtió sin embargo que el reto no es sólo explotar los vastos recursos energéticos del país, sino traducir estos esfuerzos en menores costos de energía para la industria de la manufactura.
Vincularla con la reforma hacendaria
Recientemente la firma Consultores Internacionales. S.C., en el documento CISComentario: "Política energética integral", afirmaba que cualquier decisión de Petróleos Mexicanos (Pemex) está hermanada con la reforma hacendaria.
México demanda oportunidades nuevas y una reforma energética integral no puede estar relacionada sólo con un actor, sino que se requiere de muchos cambios, tanto técnicos como políticos.
"El petróleo es el centro de la polémica, y esto es fácil entender, basta recordar que las finanzas públicas mexicanas dependen significativamente de los ingresos petroleros".
Destacó que esta dependencia ha venido creciendo a lo largo de estos años, y para 2012 ya era del 35.4 por ciento, dinámica que ha reportado una variación importante hasta llegar a niveles de 38 por ciento de los ingresos.
Por ello, las reformas sin duda son necesarias, porque el petróleo se nos está acabando, refirió el documento.
CISC indicó que las reservas probadas conocidas como 1P ascienden actualmente a 13 mil 868 millones de barriles de crudo equivalente, lo que indica que de seguir la tendencia actual, la producción de crudo sólo está asegurada para los próximos 10 años.
En ese sentido, subrayó que una política energética integral debe considerar las fuentes alternativas, espacio donde se cuenta con un enorme potencial, y la innovación debe ser uno de los pilares sobre los cuales fundar el futuro energético de México.
Ello, mediante el diseño e implementación de políticas públicas y nuevos esquemas de producción que permitan a las instituciones encargadas de satisfacer la demanda del país (Pemex y CFE) participar en los mercados mundiales.
Mencionó que como se establece en la Estrategia Nacional de Energía, el engranaje educación-ciencia-tecnología-innovación resulta fundamental para la generación de competitividad en el sector, pues es ahí donde surgirán los proyectos y soluciones que darán valor agregado al sector.
Sin embargo, eso requiere de apoyo mediante inversiones, algo que con el esquema actual no es posible a menos que se dé un cambio en cuanto al rol del sector para las finanzas públicas, un asunto que a su vez va ligado a un tema político.
"Si bien la Reforma Energética y la Hacendaria son siamesas, en el caso de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, son hermanas que padecen muchos males y enfermedades similares, lo que lleva a la conclusión de que se requiere una decisión de alto contenido político.
No necesitamos privatizar Pemex ni desaparecer a la CFE sino hacerlas más eficiente bajo todos los mecanismos de inversión y tecnología, finalizó.