Por segundo año consecutivo, las remesas de Estados Unidos a México podrían ser negativas, con una caída entre 4.7 y 6.7 por ciento al cierre de 2013, estimó BBVA Research.
El economista senior del grupo financiero, Juan José Ordaz, dijo que ante ello, por este concepto ingresarían al país entre 20 mil 900 millones y 21 mil 300 millones de dólares, cifras inferiores a los 26 mil millones de dólares que entraban previo a la crisis.
Lo anterior, expuso, aun cuando en el segundo semestre del año en curso se observe cierta recuperación ante la depreciación del peso frente al dólar y del empleo en Estados Unidos, en industrias como la construcción, donde se concentra un alto porcentaje de los mexicanos radicados en la Unión Americana.
Advirtió un estancamiento en las remesas hacia México en los últimos años, en tanto que las enviadas a Centroamérica van en aumento, debido a que existe más mano de obra calificada y mayor estabilidad en el tipo de cambio.
En conferencia de prensa, destacó que tanto para México como para los países centroamericanos, las remesas registraron un crecimiento importante en los primeros años de este siglo, dinámica que -dijo- se rompió con la crisis económica.
El analista refirió que en los primeros cinco meses de este año, las remesas hacia México registraron una caída anual de 10.3 por ciento, seguido de El Salvador con un descenso de 1.8 por ciento, mientras que en Honduras aumentó 7.1 por ciento, en Guatemala 7.3 por ciento y Nicaragua en 4.1 por ciento.
Esta situación provocó que México pasara de la posición tres al cuarto sitio a nivel mundial en recepción de remesas, después de China, India y Filipinas.
Aseguró que una combinación de factores coyunturales y estructurales han impedido la recuperación de las remesas hacia México respecto a la tendencia en Centroamérica, como el menor empleo de mexicanos radicados en Estados Unidos.
Juan José Ordaz dio a conocer también que en Estados Unidos se ha reducido la demanda de empleo en los menores niveles de escolaridad y ‘aunque mexicanos y centroamericanos tienen bajos niveles de escolaridad, los de los mexicanos son en promedio más bajos’.
Opinó que las leyes ‘anti-imigratorias’ afectaron más a los mexicanos que a los centroamericanos, pues los primeros representan la mayoría de los indocumentados en Estados Unidos.
Para este año, pronosticó, el empleo para los mexicanos en Estados Unidos apenas comienza a mostrar una ligera tendencia positiva, que podría mantenerse hasta final de año, lo que podría resultar en cierta recuperación en algunos meses, pero no lo suficiente para alcanzar una tasa positiva al cierre.